Capítulo 57 (nuevo)

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**MARÍA**

Son las 6 de la mañana. Dunia  hace una hora que se ha ido y yo me he ido a dar una ducha antes de meterme en la cama. Pero justo cuando voy a hacerlo suena el timbre. ¿Será Diego que se ha dejado las llaves? Pero cuando voy a abrir y miro por la cámara de la puerta principal me encuentro a un Nacho de pie, mirando a través de la cámara. Abro y mientras espero a que llegue hasta la puerta sin saber bien que pasa ni que decirle ni porque estña caminando suena mi móvil, es Diego. Se lo cojo.
— María... — parece agitado.
— ¿Que pasa Diego? Justo acaba de llamar al timbre Nacho... ¿Todo está bien?
— Cariño... perdóname... sea lo que sea que te cuente quiero que sepas que todo lo que hice fue por nosotros y por el bien de Lucia.
— ¿Pero que dices Diego?
— Tú solo perdóname— voy. Responderle que justo llega Nacho a mi lado. Le he visto caminar por el jardín hasta llegar a mi lado y me tiemblan las piernas. Cuelgo as Diego sin decirle nada.
— ¿Caminas? — Se acerca un poco más a mi y sonríe tímidamente.
— Lo del accidente es verdad, que estuve empotrado en la silla también, pero ya estaba bien cuando vine a aquí...
— ¿Porque me mentiste?
— No lo sé... soy un capullo. María tu me vuelves loco.
Le hago pasar, es tarde y no quiero despertar a los vecinos, ni que hagan chismorreos. Dentro sigo mirando como camina. me impresiona. Me había hecho a la idea de un Nacho en silla de ruedas.
— ¿Que haces aquí?
— ¿Has hablado con Diego?— No se de que va todo esto pero... no me gusta nada.
— Nacho.. llevamos casi 20 años sin vernos pero te conozco bien, así que sueltálo ya... ya no soy una niña y no quiero que te andes con rodeos.
— ¿Te acuerdas de cuando me llamaste llorando porque creías que Lucia era hija mía? — Le digo que si con la cabeza con el corazón acelerado. — ¿Te acuerdas entonces de que nos vimos una vez más, volvimos a hacer el amor y me dijiste que no podías dejar a Diego, no después de todo lo que estaba pasando con el cancer de su madre, pero que si las cosas fueran diferentes y que si Lucia fuera mía... no dudarías en perderte de nuevo a mi lado?
— Si Nacho... era joven, te quería....
— ¿No me quieres ya?— Me muerdo el labio.
— Siempre voy a quererte, ya lo sabes. — Sonríe de nuevo y ... siento que su sonrisa se cuela en todo mi cuerpo.
— Lucia es mi hija.— Me aparto unos pasos de él, siento que me falta el aire.
— NO es posible, vi la prueba—
— Viste un papel Lucia, yo tengo el de verdad.
— ¿Pero como? ¿Tú lo sabias?— me dice que si con la cabeza — ¿Renunciaste a tu hija?
— No ibas a estar conmigo María... no quería para Lucia la misma vida que Nil tenia. ¿Padres separados? Diego me dijo que la criaría como suya... y lo acepté.
— Pero ... ¿Diego está metido en todo esto?— Se acerca unos pasos a mi y me coge la mano entrelazando sus dedos con los míos.
— María... Se que he cometido errores, pero no puedo vivir sin ti. Necesito estar contigo. Tenerte entre mis brazos, besarte, sentirte, quererte...
— Tenemos una hija Nacho... y me lo has escondido.
— Era lo mejor — le suelto la mano y me la llevo a la boca.
— ¿Sabes cuantas noches he soñado contigo? — Se me caen las lágrimas aunque intento reprimirlas— ¿Cuantas veces he imaginado una vida contigo?
— Ahora podemos tenerla...
— ¿Ahora? Lucia no te perdonará nunca. Y yo.... es mi hija.
— Me quieres... ven— Me agarra del brazo y me pega contra su cuerpo. Le respiro y siento que voy a desmayarme. Huele igual que siempre, su olor es inconfundible. — Dame un momento a tu lado.
Levanto la cabeza y le miro. Miro sus ojos, sus labios... él hace lo mismo y nos besamos. Tanto tiempo anhelando este momento que siento que me va explotar la cabeza.
— Conmigo te sientes bien— me dice.
— SI...
— Conmigo eres feliz mi amor—
— Si... — vuelvo a besarle. Necesito su luego y abro la boca. Saboreo su esencia.
— María... quiéreme—
Le digo que si mientras me agarra del culo y coge en volandas.
— Te quiero dentro de mi — le digo jadeante.
Le guío hasta mi cama y cuando llegamos me tumba y él encima de mi. Ambos estamos ansiosos. Gimo al sentir su mano colarse entre mis piernas.
— No has cambiado nada— me dice.
— He envejecido un poquito — le digo.
Me levanta la camiseta y observa mi cuerpo.
— Estás mejor que nunca—

Un rato después estoy tumbada sobre el pecho de Nacho. Resigo con la yema de mis dedos los muchos tatuajes que tiene en el pecho.
— María he venido a buscarte, a estar contigo... no voy a soltarte.
— Necesito tiempo Nacho. Lucia...
— La semana que viene me vuelvo a Australia... el martes, a las 12 sale el vuelo, en la terminal 2. TE estaré esperando— Me incorporo y le miro.
— No puedes pedirme eso Nacho.
— Yo te voy a esperar María... siempre.

Nacho se va un par de horas después. Me extraña que Diego no haya aparecido en todo el rato aunque así mejor. Le llamo pero no me lo coge. Me preocupo porque se lo destructivo que puede llegar a ser cuando está mal. Le pasó con la muerte de su madre, Adrián y yo tuvimos que ir a buscarle a la casa de Almería de Dani. Estaba borracho y drogado y no parecía ni él. Llamo a Adrián, seguro que él sabe donde está.
— Tu marido está aquí. Hace un par de horas que ha llegado. Muy borracho. Está durmiendo. — Respiro aliviada — Dime que no has elegido a Nacho María.
— ¿Como?...— Por un momento se me ha olvidado que es con Adrian con quien hablo y que él me conoce bien — He estado con él.. pero no he decidido nada, tengo que pensar en ello.
— Diego se morirá sin ti... — Suspiro— Yo también te necesito María.
— Te tengo que colgar Adrián...

No se que debo hacer ni que esperan que haga pero se que voy a intentar pensar en mi... y quiero ser feliz. Hace mucho tiempo ya tuve que elegir pensando por mi familia... no volverá a pasar.

Descubriendo a LuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora