** Lucia**
3 de febrero. Llueve. He tenido que encender la calefacción en mi piso. Hoy hace frío. Es viernes y yo solo tengo ganas de quedarme en casa. Eze ha salido de viaje, el último viaje y ya por fin termina su contrato con Springfield. Se acabaron las redes sociales y su perfil público. Se acabó esa vida. Ahora quiere centrarse de lleno en la clínica. Su padre ya se ha ido. Dunia se ha quedado con la casa y él solo ha querido retirarse por un tiempo. Darle espacio. Y si se quedaba, siendo todos del mismo grupo, no iba a poder ser. Yo, ahora después de todo lo vivido, le entiendo. Entiendo que la ama, que quiere a Dunia, pero que no quiere darle esa vida. Igual que entiendo a mi madre a pesar de su decisión o entiendo la decisión que tomó mi padre hace años. Sigo enfadada, por todo lo que me han ocultado, pero les entiendo. Creo que el amor, el amor verdadero está por encima de todas las cosas, de todo lo que siempre nos han enseñado y que por ese amor, lo damos todo. Incluso a un hijo. Incluso la vida. Incluso la verdad.
Jimena me llama, sabe que estoy sola y me reclama para salir. Le digo que no, y no insiste. Me conoce. Gracias por eso Jimena. Ella ha sido una verdadera amiga. De las que están aun no estando. De las que llamas a las tantas y a pesar de tener que madrugar, cogen el coche y vienen a verte de madrugada. La pobre... estos últimos meses ha ido más días sin dormir al trabajo de lo que quiero admitir. Que Eze viajara tanto, la despedida de mi madre, el dolor de mi padre.... Nil. No lo he pasado muy bien y todo me ha superado. Pero ya estoy mejor.
Me cuesta decirlo pero... mi madre se ha ido. Ha decidido escuchar a su corazón y se ha ido a vivir con su amor, su verdadero amor. Ella y Nacho, mi padre biológico, están en Australia y poco más se porque aunque la entiendo, no la perdono y no hablo con ella. Por suerte me respeta y no me agobia, ella llama a Adrián y supongo que él le contará de mi. Mi padre está hundido. Se fue un par de semanas tras la partida de mi madre por ahí con Dani. Y cuando volvió no parecía ni él. Me quise ir a vivir con él, para que no estuviera solo, pero me dijo que no. Que me tocaba vivir, que no me preocupara por él. Que mientras me tuviera a mi le bastaba. Y yo le quiero, porque es mi padre y aunque un papel diga que no... siempre será mi padre.
Me ducho, me seco un poco el pelo, me pongo una camiseta de manga larga de esas que Eze siempre me regala, un cullotte y no sin antes ir a la cocina a por algo de picar me siento en el sofá. Miro el móvil. No hay nada de Eze, debe estar rodando. Pasa el rato, hago zapping, estoy por irme a la cama y justo llaman al timbre. Miro el reloj. Son las 11, super tarde.
Nil lleva viniendo a casa a menudo. Sobre todo cuando Eze no está. Él no lo ha perdonado como yo. Y bueno... es nuestro pequeño secreto. Espero más adelante poder contárselo y que me perdone por esto.
Le abro la puerta y me vuelvo al sofá esperando a que sea él quien entre y cierre la puerta. Aparece con una bolsa del mc donals... que bien huele, he comido solo medio sándwich que tenia en la nevera.
— Servicio a domicilio — me dice. Le hago hueco en el sofá y le sonrío.
Nos llevamos bien. Me gusta estar a su lado. Hemos olvidado todo lo que pasó y hemos empezado de cero.
Cenamos mientras vemos una película nueva de Netflix. Nos reímos. La comentamos y acabamos charlando. Nil es estupendo. Es divertido, inteligente y atento.
— ¿Como te fue con Teresa?— Le pregunto.
— Bien... —Le miro.
— ¿Solo bien? — Me giro hacia él y me pongo cómoda.
— No se que quieres que te cuente— Parece nervioso.
— Pues no se... ¿que hicisteis? ¿Era simpática?—
— Bueno, si estuvo bien, pero no creo que la vuelva a ver—
— ¿Y porqué no?— Suspira y me mira.
— Solo follamos Lucia— En cuanto lo dice me quedo sin aire. Es la primera vez que mencionamos esta palabra.
— AH— No se que decir. Nos quedamos callados unos minutos. Me siento rara así que me levanto y voy a la cocina a por agua. Nil viene detrás de mi. Me acorrala contra la encimera y pega su boca a mi oreja.
— Aun puedo leerte... y se que sientes lo mismo que yo— Se me agita la respiración. No me muevo y él pronto se separa de mi y se vuelve al sofá. Me quedo unos instantes recuperando el aliento y cuando vuelvo él está sentado como si nada.
Por un rato seguimos viendo la peli, pero no puedo quitarme de la cabeza lo que me ha dicho y como me ha hecho sentir su voz, su aliento en mi piel.
— Nil— Por fin me armo de valor y le hablo— esto no puede ser...
— Lo sé — Me dice.
— Estoy con Eze— Le replico.
— ¿Es tu única excusa?— Me lo pienso.
— Somos hermanos —
— ¿Alguna otra?— respiro hondo.
— No...—
— Así que querer quieres, pero según la sociedad, es inmoral— No quiero responderle. Tiene razón.
— Me he acostado con varias chicas estos últimos meses Lucia, pero cada vez que lo hago pienso en ti... en tenerte de nuevo debajo de mi dándote placer y ahogando tus gritos a mordiscos. Se que lo nuestro no puede ser, pero no me importa que sea nuestro pequeño secreto.
No puedo hacerlo, pero tengo que admitir que mi cuerpo lleva pidiéndomelo hace tiempo y que me he negado a pensar en ello por el hecho de que estoy con Eze y de que es mi hermano. Es incorrecto. Desde pequeños te enseñan ciertas cosas como la monogamia es lo correcto y que el incesto está mal. Pero... yo lo deseo.
— No te martirices por desearlo— le miro.
— Nil...— no me sale ni la voz. Se acerca a mi, me coge de las manos y hace que me ponga de pie, frente a él.
— Tú solo déjate llevar... déjame a mi — mientras me habla con sus manos recorre todo mi cuerpo, me dejo hacer— deja que recorra con mis manos y mi boca cada centímetro de tu cuerpo. Déjame recordarte como es estar conmigo. El placer al sentir mi lengua en tu clitoris, de sentir mi polla en tu garganta... — Se me escapa un gemido y Nil me mira mientras una de sus manos se cuela entre mis bragas y toca mi humedad— así es como te recordaba.
Mientras me masturba yo acaricio su cuerpo. Le deseo y necesito sentirle. Tocarle. Lamerle. Le levanto la camiseta y lamo sus pectorales y sus pezones. Nil me observa mientras no para de introducir y sacar dos de sus dedos. Gimo, bajito. Saca los dedos y me agarra del culo, nos besamos y mientras lo hacemos me lleva hasta la cama. Caigo en ella y él sobre mi. Nos reímos y seguimos besándonos.
— Chúpamela — Me dice de pronto. Me coloco a cuatro patas en la cama, él se tumba, le bajo el pantalón y el calzoncillo y sin pausa me la meto en la boca. Dios si... grande, gruesa, potente. Durante un rato se la chupo como se que le gusta y cuando el me pide profundidad se la doy y cuando siento que voy a ahogarme él me reclama con mas fuerza y respiro hondo. Siento que voy a correrme del placer de sentirle. Nil Gime. Cuando se corre en mi boca me lo trago como siempre y se la limpio como se hacer, como él me enseñó a hacerlo.
Enseguida cuando acabo me tumba bruscamente, me baja las bragas con lentitud y mete su cabeza entre mis piernas. AL primer contacto siento que ya voy a correrme y me chista.
— No te corras Lucia, aguanta un poco...—
— ¿A las otras chicas también las haces sufrir así?— Me mira.
— Claro que no... me las follo y ya. No me deleito. No las observo, no las deseo Lucia...— Miro al techo y cierro los ojos. Si, esto es lo que busco en mi vida. Nil me conoce, sabe darme placer y sabe lo que me gusta.
Aunque me aguanto, al final me corro y grito. Intento no hacerlo pero me sale solo. Y cuando lo hago, Nil se pone encima de mi y me penetra. Lo hace despacio y siento un poco de dolor. las deja dentro unos segundos y cuando me relajo empieza a moverse. Gemimos. Respiramos agitados. Nos besamos y él se mueve. Yo rodeo con mis piernas su cuerpo y le acompaño en el movimiento. Bien dentro. Profundo. Nos corremos ambos a la vez. Siento que me ahogo del placer y me besa para ahogar mis gritos. Su sabor ahora es distinto. Siento las feromonas en su boca.
Acabamos los dos tumbados en la cama. Yo me giro y me apoyo en su pecho sudado. Acaricio su vientre y él mi pelo.
— Tiene que ser nuestro secreto— Le digo. No quiero perder a Nil.
— Seremos tu y yo cada vez que quieras princesa—
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Descubriendo a Lucia
RomanceEl tiempo ha pasado y ahora los hijos son los protagonistas. Lucia vive enamorada de Ezequiel desde que tiene memoria. Pero Ezequiel solo la ve como una hermana. Aunque puede que todo cambie. ¿Será demasiado tarde cuando esto ocurra? Ardiente, romá...