**LUCIA**
Adrián está raro. Durante la comida ha estado más callado de lo normal y ha salido un par de veces a llamar por teléfono. Quizá sus negocios no van bien. No voy a preguntarle, no quiero inmiscuirme. Mientras comemos me llega una alerta al correo, han publicado contenido sobre Eze. No sé en que momento decidí que era buena idea que cada cosa que publicaran sobre él me informaran. Hoy desde luego no es buena idea. No esta publicación. No esta foto. Era mejor no verla. Eze, en su terraza, desnudo, una chica castaña agachada delante de él y ya me imagino, aunque no se ve, que debe estar haciendo. Eze parece estar disfrutando. Me cabreo, apago el móvil y lo dejo sobre la mesa algo brusca. Adrián me mira.
— ¿Todo bien?—
— Pues no... Pero da igual.—
Lo mejor será que me olvide de él estas vacaciones. Que me centre en mi, en disfrutar y en relajarme. Me lo merezco. Desde que acabé la selectividad, miento, desde que empecé a estudiar para la selectividad que no he parado de darlo todo. No he salido, no he disfrutado más de lo debido y no he dejado nunca de lado mis libros. Estos días van a ser para mi.
Después de comer volvemos al barco, hace mucho calor y pasear no apetece en absoluto. Me propone ver una peli y nos tumbamos en su cama para estar más cómodos. Mientras la estamos viendo recibo un WhatsApp de un número desconocido, pero deduzco rápido que se trata de Nil.
Gracias por curarme. He ido al Hospital y no me han hecho nada porque dicen que está todo bien. Serás una buena doctora, sin duda. No se si tienes planes para esta tarde, ¿pero te apetecería tomar algo?😉* NIL 16.23h
Miro Adrián, él sigue mirando la película. Seguro que no le importa. Y me apetece. Parecía buen tío. Dudo por un momento si mentirle sobre salir con Nil, pero enseguida me quito la idea de la cabeza. No quiero mentir.
— Tito, ¿te importa si salgo un rato a tomar algo con Nil?— Por un segundo veo como tensa la mandíbula. ¿Que le pasa con este chico? Pero me sorprendo más cuando me dice que no.
— No... pero no llegues tarde y llámame si me necesitas — Le doy un beso en la mejilla y me levanto de la cama. Estoy emocionada. Me voy a mi habitación y ahí tumbada en la cama le respondo.
* De nada, me alegra que no te hayan tenido que rehacer los puntos, hubiera dolido bastante. Claro! Podemos salir un rato. ¿Dónde te apetece que nos veamos? LUCIA 16.27H
* A las 7, paso a recogerte en el puerto. Hasta luego princesa 😉* NIL 16.28h
* Perfecto. Hasta luego. 😊* LUCIA 16.28h
Madre mía que emoción. Nil parece un buen tío y ya me va bien despejarme de Eze. No entiendo porque me dijo que no me fuera. No parece haberle afectado mucho mi partida. De hecho parece que lo está pasando genial sin mi. Pues yo igual.
A las 6 me voy a la ducha. Le pido a Adrián si me deja su baño y accede. Sigue tumbado en la cama cuando yo entro. Le pregunto si está bien y aunque me dice que si, tengo la sensación de que me miente.
Me visto informal. Un short tejano rasgado por los bolsillos y una camiseta de manga corta oversize con letras rosas en el pecho que ponen Girl power, un cinturón plateado y mis converse negras. Me recojo el pelo en un par de trenzas de boxeador y lista. Me pongo un poco de rímel, algo de colorete, los labios morados y estoy de los nervios. Adrián pica a la puerta.
— ¿Estás lista? — Está junto a la puerta, mirándome.
— Tito... ¿de verdad que no te importa que salga? Se que este viaje era para estar tú y yo tranquilos... — se acerca a mi y me corta.
— Lucia, pásalo bien. Yo tengo unos asuntos que resolver. No te preocupes. Nos vemos esta noche. Llámame si te retrasas, por favor, por cierto, estás preciosa — me da un beso en la frente y desaparece de mi lado.
Tengo que llamar a papá. Le echo de menos.
A las siete menos diez salgo de cupido y voy a la entrada del puerto. Nil no tarda en llegar. Va guapísimo con una camiseta blanca y unas bermudas de color azul marino. Lleva unas gafas de sol con los cristales azules y con efecto espejo y en la mano lleva dos cascos. ¡Genial! Tiene moto.
— ¿Qué tal princesa? — No se porque ha empezado a llamarme así pero me gusta.
Siempre me ha costado socializar por primera vez, una vez les conozco ya soy toda una experta, pero empezar se me hace cuesta arriba. Me da vergüenza no saber como actuar o que decir en cada momento. Como ahora. ¿Qué debo hacer? ¿Le doy dos besos? ¿Un abrazo? ¿Un apretón de manos? Se ve de lejos que Nil es mayor que yo. Quizá de la edad de Eze. Si, debe tener unos 6-7 años más que yo.
Al final me decido por darle dos besos. Es mucho más alto que yo y se tiene que agachar un poco para recibirlos.
— ¿Tienes moto? — Le pregunto. Me pica la curiosidad.
— Si, y te voy a llevar al mejor sitio de la cuidad. ¿Te da miedo?—
— Que va. Me encantan los tíos con moto — Mierda. Es decirlo y me doy cuenta de la barbaridad que he dicho — quiero decir... que me gustan las motos — Se ríe.
— Toma, he traído un casco para ti — lo cojo y al hacerlo me doy cuenta de que quizá me estoy metiendo en la boca del lobo. No lo conozco de nada y estoy aceptando que me lleve en moto a un lugar que no conozco. Creo que voy a activar el localizador de Gps de mi movil por lo que pueda pasar.
Su moto es espectacular. No sabría decir el modelo porque no entiendo, pero si se que es una Honda y que es grande grande. Me pongo el casco, se sube y me dice que me suba detrás. Bua, que emocionante. Me encanta la velocidad, la adrenalina y las motos, no lo puedo evitar.
— Agárrate princesa — Me dice. Le hago caso y me cojo a su cintura. Puedo tocar su tripa y la tiene dura, bien dura. Se le marcan los abdominales. Por un momento pienso en Eze pero me lo quito de la cabeza. No se merece que piense en él ahora.
Paseamos por la cuidad y yo me siento mas viva que nunca. Me encanta. Cuando para la moto yo no quiero bajarme, estoy muy a gusto cogida a él. Me encanta la velocidad, la adrenalina y él. Es tan guapo que abruma mirarlo y no se que ha podido ver en mi para querer pasar un rato de su tiempo conmigo. Es un tío que impone y es sexy a rabiar, nada más quitarse el casco, un par de chicas que había cerca se le han quedado mirando. No pasa desapercibido y ahora está conmigo. Yo no lo puedo creer.
— ¿Qué tal el viaje? — Me quito el casco y le miro.
— Me ha encantado Nil, pero la próxima vez corre un poco más — Se ríe. El sonido de su risa es grave y fuerte.
— Eres la primera chica que me dice eso.—
Mientras tomamos algo en un chiringuito perdido en mitad de la nada de no se dónde, porque ni me he percatado de por donde hemos estado yendo, le pregunto donde se está alojando y me dice que tiene una casa aquí. Que es de su padre desde hace muchos años y que siempre han venido a veranear. Yo le cuento que Adrián y yo estamos navegando sin rumbo por unos días para salir del bullicio de la ciudad. Conectamos.
Me cuenta que tiene 27 años, que a finales de año cumplirá 28. Me habla de sus inquietudes. El surf es su pasión, siempre lo ha sido. Ha sido campeón 6 veces en varios concursos pero desde hace dos años ya no se dedica profesionalmente. Ahora es profesor de buceo y da clases de surf también. Ambas cosas impensables para mi. Me cuenta que vive con su padre, porque desde que tuvo el accidente no se siente capaz de dejarlo solo.
— ¿Y con quien está ahora? — Todo sobre su vida me interesa, me tiene enganchada.
— Está aquí conmigo — ¡Vaya! Me gusta. Encima buen hijo. Lo tiene todo. Es familiar como yo.
— Se que estás estudiando medicina, ¿Cuál es tu especialidad? — Se lo digo sin rodeos a pesar de que cuando lo hago suelo parecer frívola y superficial.
— Cirujana plástica— No se ríe. Me sorprende. Suelen hacerlo.
— Te buscaré — Arrugo la nariz. Entonces si se ríe— Que graciosa cuando haces eso.—
— No se para que me vas a necesitar tú — le digo mirando su cuerpo.
— Todos tenemos algo que queremos mejorar — Vuelvo a mirarle y sin darme cuenta vuelvo a arrugar la nariz, lo sé porque me lo dice.
— Vuelves a arrugar la nariz, ¿tanto te sorprende?—
— No te veo nada de malo... tienes un cuerpo perfecto.—
— Apuesto a que tu te cambiarias muchas cosas en tu cuerpo — Me dice sin rodeos. Se me corta el aire. ¿Me está llamando fea? ¿Gorda?
— Pues si, muchas cosas. Para empezar mis pechos, son pequeños, mi culo, mis caderas... y no voy a seguir enumerando mis inseguridades — sonríe.
— Pues yo te veo perfecta — Me recrimina. Se que está mintiendo.
— Pamplinas — Suelta una carcajada que me asusta.
— Todos tenemos inseguridades Lucia — No puedo creer que él las tenga - -Eres joven, ¿que edad tienes?—
— 19 años.—
— Pareces mucho mas joven, aunque sabía que no podía ser por estar en medicina.—
— Y aun así, me has invitado a salir. ¿Eres un asaltacunas? — Vuelve a soltar una carcajada y esta vez me la contagia.
— Eres muy divertida Lucia...Sabía de seguro que tenías mas de 18 años, aun así, ser menos de edad solo es ilegal si hay sexo de por medio y que yo sepa, tu y yo solo estamos tomando algo.—
Cuando ha dicho la palabra sexo, creo que he podido notar como mis pezones se ponían duros. Y he tenido que respirar hondo para serenarme. Espero que no lo haya notado.
A las diez y media le llama su padre y con toda la pena del mundo me dice que tiene que irse. Me acerca con la moto de nuevo al puerto y para despedirse nos volvemos a dar dos besos.
— Espero verte pronto princesa, me caes genial — Me dice.
— Igualmente Nil.—
Me vuelvo al barco con una sonrisa tonta en la cara. Adrián está en la cubierta de pie mirándome y fumándose un porro. Me pregunto cuanto rato llevará ahí esperándome.
— ¿Has cenado? — Le digo que no y se mete para dentro. Le sigo. Aquí pasa algo. Adrián no es así.
Ha preparado una dorada al horno con patatas. Me sirve y comemos. Está más callado de lo normal. Quizá sea por al edad de Nil. O quizá es que Nil trabaja para él como camello. Me da la risa tonta y tengo que reprimirme para que Adrián no se de cuenta de que estoy divagando.
— Mañana salimos — me saca de mis pensamientos. Le miro incrédula.
— ¿Dónde tienes pensado ir ahora?—
— No lo se... vamos a navegar unos días — No entiendo nada. Estamos bien aquí, estoy bien aquí, es lo que Adrián quería, que me despejara de Eze y ahora que lo hago, parece que está molesto.
— Oye tito, ¿tienes algún problema con que vea a Nil? ¿Lo conoces verdad? —Veo como aprieta la mandíbula. Si ¡Vaya! Es eso — Se que es mayor que yo, pero es un buen chico.—
— No es eso Lucia. Conozco a su padre. No quiero que te juntes con él— ¡Vaya! Esto si que no me lo esperaba. Que pequeño es el mundo.
— ¿Y qué tiene que ver su padre con todo esto? Yo estoy quedando con el hijo no con el padre... —
— Por favor Lucia — Se me ha quitado el hambre. Me levanto de la mesa, no quiero seguir hablando del tema. Me voy a mi habitación.
No entiendo que motivo puede haber para que Adrián no quiera que vea a Nil. Que ha podido pasar con su padre. ¿Acaso es un asunto de drogas? Pues no pienso hacer caso. Estoy cansada de que todos los asuntos de los padres me afecten a mi. Soy una buena chica. Nunca he dado problemas y necesito poder vivir mi vida y ahora la estoy viviendo.
Aunque Adrián me dice de salir a pasear un rato por las calles de Menorca le digo que no. Estoy molesta con él y solo quiero quedarme en la cama. Al rato le oigo hablar por teléfono y aunque no consigo entender muy bien que dice se que está hablando con mi madre.
En cuanto oigo que cuelga salgo en su busca. No quiero irme.
— Tito — me mira y se apoya en la mesa medio sentado — no quiero irme. Por favor. Nil me gusta. Con Eze las cosas no van bien. Él está acostándose con todas las tías que le apetece y no quiero ser más la chica tonta que va detrás de él. Solo quiero pasarlo bien unos días — Le oigo suspirar. Me abre los brazos y voy a su lado para que me abrace.
— Tú madre me va a matar — Le miro.
— ¿Por qué? ¿Qué pasa con el padre de Nil?—
— Nada ojazos es cosa mía, tú disfruta, si quieres que nos quedemos, nos quedaremos unos días más — me quiere tanto que me asusta. ¿Algún día querré yo tanto a alguien que lo daré todo por esa persona?
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Descubriendo a Lucia
Roman d'amourEl tiempo ha pasado y ahora los hijos son los protagonistas. Lucia vive enamorada de Ezequiel desde que tiene memoria. Pero Ezequiel solo la ve como una hermana. Aunque puede que todo cambie. ¿Será demasiado tarde cuando esto ocurra? Ardiente, romá...