33. Mourning doves

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—(Tn)... ¿donde estás? —se preguntaba Kid marcándole a su número de móvil.

Veía hacia todos lados muy preocupado, buscándola con la mirada. Estaba agitado por tanto correr, ¿cómo era posible que ella y esas piernas cortas lo hayan dejado atrás en un santiamén?

Y es que (Tn) se alteró tras escuchar lo que su padre tenía que decirle, Kid y Shanks tan sólo escucharon un: "¡no puedes hacer esto papá!" Seguidamente la vieron abrir la puerta de la habitación y salir corriendo por todo el pasillo, Kid no lo pensó dos veces y corrió tras ella, pero la perdió de vista cuando esta alcanzó la salida de la clínica.

Dejándose guiar del timbre del móvil de (Tn), llegó hasta la garita de entrada al estacionamiento, pero lo único que encontró fue el dispositivo en el suelo, con la pantalla quebrada.

«Tablita... ¿dónde estás?» se preguntaba aún más preocupado al recoger el aparato.

Miró a lo lejos un puente que conectaba dos calles principales, de un extremo de la ciudad a la otra, debajo de este parecía correr un río, por lo que él recordó cuando (Tn) mencionó que le gustaba ir a sentarse sola con sus pensamientos, a ese lugar que bien podría ser el que ella le describió.

Corrió y corrió hasta bajar a prisas por la cuesta llena de grama verde y algunas florecitas, hasta dar con (Tn), quien estaba sentada en el suelo, llorando mientras abrazaba sus pantorrillas y tenía su cara sobre las rodillas.

—(Tn)... —ella volteó al escuchar su nombre—, tablita...

—¿Sabías lo de mi mamá? —con visible pesar, Kid asintió en repetidas ocasiones—. ¿Y aún así decidiste mentirme?

—No me correspondía a mi decirte, comprende tablita —ella se puso de pie y caminó a paso apresurado hasta llegar a él, comenzó empujarlo una y otra vez.

—Vete, ¡no quiero verte! ¡Mentiroso!

—Tablita... no... —la atrajo a su pecho y la abrazó fuerte—, era tu padre quien debía decírtelo —apretó los párpados al escucharla llorar, deseaba tener el poder de evitarle ese dolor, pero no podía, se sentía inútil... impotente—, lo siento, de verdad lo siento —ella lo abrazó como si fuese lo único que pudiera mantenerla en pie, lo cuál, así era.

—Mi mamá se murió Kid, y yo ni siquiera lo sabía. ¡Se murió y me dejó sola!

«Me duele verla así...» pensó al tragar grueso para apaciguar el nudo en su garganta. Él conocía bien ese dolor, puesto que sintió morir al perder a su madre.

—No mi amor, ella te cuida —la tomó de las mejillas y le besó la frente para luego verla a los ojos—, y nunca se irá de ti mientras la tengas aquí... —le señaló en el pecho. Con esas palabras, (Tn) torció el gesto y empezó a gritar, inmediatamente él la volvió a abrazar.

Había llorado por largo rato ya, y parecía haberse quedado sin fuerzas, por lo que Kid la tomó en sus brazos a estilo nupcial, y caminó hacia los escalones de concreto, donde se sentó y la metió en su abrigo, protegiéndola de la lluvia que estaba comenzando a caer. La arrullaba como si fuese una niña pequeña, débil y vulnerable.

«Mi tablita, me parte el alma verte así...» pensaba al escucharla sollozando a pesar de haberse quedado dormida en sus brazos.

Decidió por fin contestar una llamada entrante en la cual le comunicó su ubicación a Shanks, quien le marcó deseando saber donde se encontraban, puesto que él y Benn estaban preocupados, buscándoles desde hacían algunas dos horas.

Esperó un momento y luego volteó hacia arriba en la carretera, Joe, el chofer de Benn, había llegado para recogerles.

—Vamos a casa mi amor... —dijo mirándola dormir. Subió los escalones y Joe le dio dos mantas, una para cubrir a (Tn), y otra para él, pero prefirió usar ambas para ella—. Joe, ¿Donde están mi papá y el tío Benn?

Romeo y Julieta... se odian ━━ [Finalizado]《17》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora