2. ¡Es un pesado!

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Reaccionó con desagrado ante aquel descubrimiento, se puso de pie de golpe y volteó, ¿cómo era posible que ese tipo tan irritante estuviese en la residencia de su tío Shanks, y porqué aclamaba que ese era su hogar?

—¿Aaaah? —rechistó molesta—. ¿Tu casa dices? —le echó un vistazo de pies a cabeza.

Kid tan sólo usaba unos shorts deportivos y unos calcetines. Esos abdominales remarcados y esos musculosos brazos se veían tan bien, parecía un modelo de revista fitness, un diez totalmente, pero su desagradable forma de ser lo volvía un cero.

—Así es... —le espetó también mirándola de pies a cabeza.

Ante los ojos de Kid, (Tn) ya no lucía tan mal sin esa falda de uniforme hasta abajo de la rodilla, sin esas medias tan altas que no dejaban ver un centímetro de piel de sus pantorrillas, y tampoco parecía tan plana después de todo. Calculaba que a lo mejor sería quizá una copa C, pero no estaba tan mal al final del día, y eso lo pudo notar porque ella no usaba sostén ya que andaba en pijama. Él consideraba que esos shorts y ese crop top, de hecho se le veían muy bien. Desde su altura, podía apreciar un par de cosas, y claro que se había dado cuenta que ella le había recorrido el cuerpo con la mirada hacía unos segundos.

—¿Cómo que tu casa?

—Lo que oíste, y como es mi casa... exijo que te vayas en este momento. —dijo arrinconándola contra el desayunador.

—Pues lo siento, deberás hacer que el dueño me eche, aunque dudo que logres que mi tío haga tal cosa.

«¿Tío? ¿Acaso dijo tío?» Pensó Kid.

—Ay no, no puede ser... —se frotó la cara con ambas manos.

—Vaya, estamos de acuerdo en algo. —dijo (Tn), al recordar ciertas cosas.

Ambos pensaban en que debía tratarse de un error. No había manera de que sus padres los hubiesen comprometido, y que se hayan conocido de la peor manera.

—¡Ni loco/loca me caso contigo! —exclamaron a la vez.

—¡Eres un grosero!

—¡Y tú una abusiva! —la aprisionó contra el desayunador nuevamente—. No se me ha olvidado que me diste una cachetada hace unas horas.

—¡Quítate! —lo empujó fuerte pero su acción no tuvo efecto—. ¡No quiero tenerte cerca!

—Entonces vete de mi casa, no me importa lo mucho que mi mamá haya querido la tuya, no estoy dispuesto a cumplir su deseo de casarme con una... —bajó la mirada hasta los pechos de (Tn)—, plana horrenda como tú.

—¡Eres un pesado! —le dio una cachetada.

—Sabes —dijo con la cara aún volteada—, ya me harté de que me golpees... —la tomó de la cintura, se la echó al hombro y la cargó a la fuerza.

—¡Bájame! —le golpeaba la espalda con el reverso de los puños pero él ni se inmutaba—. ¡Que me bajes! —gritaba molesta—. ¡Aaahgg!

Parecía que patalear no serviría de nada, sin embargo tenía que intentar hacer algo, ¿pero qué?

—¿Quieres que te baje? —masculló al halarla de la cadera—. ¡con gusto! —la tiró a la piscina—. Nunca me vuelvas a golpear la cara, tabla deforme. —exigió molesto al señalarla.

—¡Aaaaaaahggg...! ¡Te odio! —le espetó furiosa al salir de la profundidad, el agua estaba fría, y para variar, había tragado líquido a montones.

—¿Qué pasa aquí? —preguntó el mayordomo.

—Aaaah..., Kuro, que bueno que viniste.

—Es Kurahadol, Bocchan —lo corrigió educadamente.

Romeo y Julieta... se odian ━━ [Finalizado]《17》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora