10. Eres lo peor que me pasó en la vida

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Era la mañana del veintiséis de diciembre; después de una madrugada llena de besos, pasión, deseo, y entrega, en la cual la luna y las estrellas y aquel amplio sofá cerca de la piscina con vista a la ciudad, habían sido testigos de lo sucedido con dos necios que se rindieron ante lo innegable, aquello que sus corazones gritaban pero que sus bocas no podían declarar. Y aunque planeaban (de alguna manera) confesarle al otro sus sentimientos, no dejaban de ser esclavos de sus miedos e inseguridades. Por otro lado; se convencían de que ya era hora para que finalmente cedieran ante la vulnerabilidad que experimentaban en presencia del otro. Ya no les importaba si rompían cierto pacto, ese que hicieron cuando aún estaban en preparatoria hacía un par de años, cuando él tenía diecisiete y ella casi quince.

—Buenos días —saludó Kid al ver despertar a (Tn).

Llevaba largo rato observándola dormir, y dejaba escapar una sonrisa de vez en cuando, o cada que ella suspiraba o hacía algún gesto mientras no salía del mundo de los sueños.

—Buenos días... —respondió (Tn) al verlo a los ojos.

Había dormido abrazada a él todo lo que restaba de la madrugada luego de su larga sesión amorosa.

—Hey... —le sonreía a la vez que contemplaba cada facción en su rostro, y pensaba la manera de declararle lo que había en su corazón—, ¿tienes frío?

—No... —respondió con un suave tono de voz, estaba cautivada por sus ojos ámbar y esas mejillas rojas a causa de la frescura del clima—, eres cálido, no podría tener frío. —acomodó la cara en el pecho de Kid mientras este la mantenía abrazada.

—Pero tienes los pies fríos —alegó entre risas.

—No todos somos resistentes a estos climas, pie grande. —dijo avergonzada al darle la espalda y halar la frazada que los cubría.

—Es una buena vista en la mañana —comentó con una sonrisa ladina al ver la espalda desnuda de (Tn), para luego fijar la mirada en su trasero.

—Ni lo pienses Kid, quita tu mano de ahí...

—Pero...

—Oye, no soy de goma. —le dio una manotada para apartarlo, sin embargo él sonrió travieso y se apegó para abrazarla por la espalda, entonces ella dio un pequeño brinco al sentir sus dedos frotándole en las costillas—. Noooo jajaja... ¡déjame!

—Pero es que tengo ganas de ti... —confesó al masajearle el pecho izquierdo, mientras le dejaba sentir algo que ya estaba listo para la acción.

—¡Kid, guarda tu sable de luz!

—Anda, sólo unos minutos —le rogó con una voz seductora.

—¿"Minutos"? Contigo no existe tal cosa... —dijo al voltear hacia él, ahora estaban frente a frente—, siempre te tomas tu tiempo.

—Vamos... no seas mala. —sonreía al atraerla hacia su pecho.

—No, no seas un aprovechado, debo asearme estoy sucia.

—Como si eso me importara...

—¡Ya! —exclamó entre risas al sentir un apretón en el glúteo derecho.

—Está bien, tendré que desistir. —se acomodó boca arriba y se cubrió la frente con su antebrazo izquierdo.

—Iré a ducharme... —dijo (Tn) al levantarse.

—¿No vas a invitarme? —inquirió al verla mientras se envolvía en la frazada y lo dejaba desnudo.

—Vamos —le extendió la mano, estaba sonrojada, veía hacia otro lado.

Romeo y Julieta... se odian ━━ [Finalizado]《17》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora