1.No te vi venir!

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Eran las 8:00am cuando Valentina, una chica de 20 años, decidió salir de su humilde casa a ganarse unos cuantos pesos en los semáforos de la ciudad y no muy lejos de donde residía, solía vender dulces, flores o limpiar parabrisas; lo que fuera necesario con tal de conseguir un poco de alimento para ella y su abuelita doña Julia. Acostumbraba a pintar su cara como un payasito debido a que sentía una fascinación por estos personajes.

El que siempre creyó era su abuelo, falleció hace 10 años a causa de un paro cardiaco, por lo tanto, en el mundo eran solo ella y su abuelita.

A esa misma hora, pero del otro lado de la ciudad, una hermosa mujer de 25 años salía rumbo a su trabajo. Juliana era una gran empresaria, una diosa en los negocios y en otras cosas más, al menos eso decían las mujeres con las que solía relacionarse. Llevaba días llenos de estrés debido a que estaba a punto de cerrar un trato que le iba a generar bastante dinero, nunca imaginó que el recibir una llamada iba a demostrarle que su mayor riqueza la encontraría en una persona.

En casa de Valentina.

- Adiós abuelita, recuerda no hacer mucho esfuerzo ni ningún trabajo pesado. Cuando regrese yo lavaré la ropa y traeré tus pastillas para que ya no te duela más la cabeza.

- ¡Adiós mi niña, cuídate mucho! Tú recuerda que no debes permitir que nadie te haga daño, yo aquí estaré esperándote siempre y pidiéndole a Dios que te proteja.

- Gracias abuelita, yo tengo a mi ángel de la guarda, mi abuelito de una manera u otra me cuida.

- Claro que lo sé mi Vale, él nunca nos abandona. Pero aún así la calle sigue siendo peligrosa y las personas mal intencionadas. Me hubiera gustado tanto el poder haberte dado otra vida, sin tantas carencias, los estudios necesarios o al menos un lugar donde estuvieras lejos de tanta maldad.

- No te mortifiques por eso abu, me diste lo más importante, valores. Me enseñaste a tener respeto a misma y a los demás, me enseñaste a ser una persona honrada y a ganarme las cosas con esfuerzo y trabajo, gracias a eso no terminé como las otras chicas que prefirieron enredarse con ese montón de malandros. Además, el abuelo también me enseñó a leer y a escribir y pues algo es algo. ¡jajaja!

- Me siento muy orgullosa de ti mi niña bonita y sé que tu abuelito donde sea que esté, también se siente orgulloso de sus ojitos de cielo. ¡Te amo mucho!

- ¡Yo te amo más, los amo más!

- ¡Adiós bebé!

- ¡Adiós mi viejita linda! ¡Nos vemos!

Juliana en carretera (al teléfono).

- ¡Me lleva la chingada! ¿Es que nadie puede hacer una sola cosa de lo que les pido? Estoy cansada Alejandro, lo único que necesitaba era que el Sr. Altamirano aceptara vendernos ese terreno, el de la Zona Norte y no el de la Zona Sur, se los dije muy claro. Ahora tengo que ir personalmente a arreglar esta cagada, entes de que él se vaya de viaje.

- ¡Juliana, cálmate por favor! Tal vez no sea tan mala idea quedarnos con el terreno de esa Zona, hay que verle el lado positivo, la inversión es menor.

- ¡Me importa un carajo la inversión! Escucha Alejandro, no quiero seguir más con esto y no me hables de cosas positivas por ahora, últimamente nada es positivo en mi vida.

- ¡Tranquila jefesiux! Vas a ver que pronto algo bueno va a pasar. ¡Nos vemos!

- ¡Adiós babosiux!

Otra llamada entrante.

- Juliana recuerda la cena de esta noche.

- ¡Hola, mamá! ¡Estoy bien gracias! Y no, no se me ha olvidado la dichosa cena, pero te dije perfectamente que no tengo tiempo para esas cosas.

- Pero Juli, viene la familia de tu novia y no puedes faltar, Daniela y yo estamos muy emocionadas de que ambas familias nos reunamos.

- ¡Escucha muy bien mamá! Daniela NO ES MI NOVIA, no me interesa ninguna cena, tengo mejores cosas que hacer, atiende tú a tus invitados y que tengan buen provecho.

- Pero Juliana no me puedes hacer eso.

- MALDICION! Mamá tengo que colgar...

¡Maldición! ¡Maldición! - decía Juliana al bajar del carro.

¿Por qué a mí?

¿Eeey niña estás bien?

¡Reacciona por favor!

¡Ay no, estás sangrando!

¡No puedes estar muerta!

Una ambulancia. Necesito una ambulancia.

Los minutos pasaban y la persona que ahora estaba inconsciente en el suelo perdía mucha sangre. Juliana había llamado al servicio de emergencias esperando a que llegara lo antes posible, sabía que la chica a la que había atropellado seguía con vida, aun tenía pulso. Estaba bastante preocupada, no podía permitir que esa chica muriera, no podría cargar con ese peso y menos al ver que se trataba de alguien tan joven. Haría todo lo posible para que sobreviviera, así que no se despegaría de su lado hasta asegurarse que así fuese.

¿Lo demás? Lo demás ahorita no importaba.

Media hora después de lo sucedido llegaron los paramédicos. Juliana había llamado también a Alejandro quien era su mejor amigo y mano derecha, le explicó lo que pasó y le dijo que ella se iría con la chica en la ambulancia, pediría que la llevaran al Hospital privado que generalmente atendía a su familia, su prioridad era la vida de esa desconocida.

- ¡Ale por favor! Escucha bien lo que te pido, encárgate de mi auto, de hablar con las autoridades, no quiero testigos de nada, no quiero que esto salga a la luz y que el apellido Valdés esté metido en problemas. Ah y averigua quien es esta mujer.

- July! Ya estás en un problema y lo sabes. Pero no veo necesario que la lleves al Hospital Saint John, ahí saben quién eres.

- Porque saben perfectamente quien soy van a salvar a esta niña. Tú haz tu parte y yo hago la mía.

- ¡Muy bien! Suerte.

- La suerte no la necesito yo, la necesita ella.

En la ambulancia.

- Por favor no permitan que se muera, llévenla al Saint John.

- Hacemos todo lo posible señorita. Ese hospital es privado, no creo que la atiendan ahí.

- No le estoy pidiendo su opinión, ustedes hagan lo que les pido que del Hospital me encargo yo.

De camino al Hospital, Juliana tuvo la necesidad de tomar la mano de la desconocida, al hacerlo sintió una corriente que prefirió ignorar. Le pedía que por favor resistiera, que la perdonara y le prometía que todo iba a estar bien. Al llegar al Hospital pidió que atendieran urgentemente a la joven, que todos los gastos corrían por su cuenta y que por favor llamaran al Dr. Max Soto, era su médico de confianza y excelente neurocirujano.

- ¡Hola Juliana! ¿Qué haces aquí? ¿Qué sucede?

- ¡Hola Max! Necesito que me ayudes, bueno a mi no, a una amiga. Fue atropellada y al parecer el golpe en su cabeza fue bastante fuerte, ha perdido mucha sangre y no reacciona. ¡Haz algo por favor!

- ¿Dónde está en estos momentos?

- La llevaron a emergencias, de ahí no sé nada más.

- Veré que puedo hacer July. Te mantendré informada.

Los minutos pasaban y con ello aumentaba la angustia en Juliana, era un sentimiento desconocido para ella. Obviamente debía de estar preocupada, no quería un muerto ligado a su nombre. ¿Pero porqué angustia? ¿Por qué sentía un nudo en su garganta? Perdida en sus pensamientos escuchó la voz de Alejandro, su amigo llegó para ponerla al día con todo lo que le había pedido, incluido el nombre de la castaña que estaba luchando por su vida en un quirófano.

Continuará...







Hasta aquí el primer capítulo! Esta va a ser una historia corta, solo que no se aún de cuantos capítulos en total.

Agradezco enormemente el apoyo y motivación de muchas personas.

En especial a mi querida Lilly y Eyleen. ❤️❤️

Golpe del destino...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora