91. En agonía...

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La desesperación, la angustia y el dolor se habían apoderado por completo de Juliana, deseaba que todo fuese una mentira, un mal chiste de la vida, pero no era así. Aquellas malas sensaciones que temprano se habían hecho presentes en Valentina y luego en ella, se habían vuelto una realidad, una que no le deseaba ni a su peor enemigo.

- ¡Voy para allá, papá! Trataré de llegar lo antes posible, mantenme al tanto de cualquier cosa, ¿y la policía? ¿Ya llamaste a la policía? – su cerebro trabajaba rápidamente tratando de procesar todo lo que estaba pasando.

- Hey, July, ¿qué pasa? – se encontró con Alejandro camino al ascensor - ¿Por qué estás tan alterada?

- ¡Ale, es Val! ¡Val está en el hospital con Max... - decía con dificultad – Ale...! ¡Secuestraron a mi bebé! Se llevaron a mi bebé.

- ¿Qué? Esto debe de ser un error...

- Necesito ir al hospital, necesito saber bien qué demonios está pasando.

- No puedes conducir en ese estado. Yo te acompaño...

Los chicos salieron juntos del Corporativo y se fueron rumbo al hospital. Juliana no paraba de llorar, le gritaba a Alejandro que condujera rápido, en varias ocasiones trató de comunicarse nuevamente con su papá, pero Mario no contestaba y eso hacía que se desesperara más.

Narra Juliana.

- ¿Me puedes explicar qué fue lo que te dijo tu papá? – me preguntó Ale – No entiendo nada de lo que está pasando.

- ¿Acaso crees que yo lo entiendo? – dije bastante alterada- Solo me dijo que en el estacionamiento del Centro comercial habían interceptado a Valentina, ella andaba con Max y la bebé y no sé qué pasó, los golpearon y se llevaron a Luna... ¡Maneja rápido, carajo! – grité.

- Tranquilízate, Juliana. Nada haces con ponerte así. – me dijo y lo único que me provocó en ese momento fue golpearlo.

¿Cómo me va a pedir que me tranquilice? Mi mujer está en el hospital al igual que mi hermano, y de mi bebé no sé absolutamente nada. Papá lo único que me dijo es que ya estaba en contacto con la policía. ¡Dios mío! Ahora todo tiene sentido, aquel mal presentimiento que Val tenía desde la madrugada, aquella opresión en el pecho ¿Cómo sucedió todo esto?

Alejandro pisó más fuerte el acelerador, esquivó varios autos y en cuestión de poco tiempo habíamos llegado al hospital. En cuanto me bajé del coche sentí más miedo que nunca, la desesperación se estaba apoderando de mí, corrí lo más rápido que pude con el fin de encontrar a mi papá, ni siquiera esperé a Alejandro quien iba detrás de mí. Con mi respiración agitada y mi corazón latiendo más fuerte que nunca, llegué hasta donde estaba papá.

- Papá, ¿dónde está Val? – le pregunté desesperada - ¿Y el niño?

- ¡Tranquilízate! A ella la están revisando, pero está bien al igual que Max.

- ¡Ya dejen de decirme que me tranquilice! – volví a gritar - ¡Necesito verlos! - el llanto no me dejaba hablar bien.

- Antes de verlos necesitas saber que fue lo que pasó, al menos lo que se sabe hasta ahora. Valentina no está en condiciones para hacerlo.

- ¿Cómo está ella? No me mientas... Dime que está bien.

Mi papá empezó a contarme lo que había sucedido, hasta donde se sabía, Valentina y Max habían ido a comprar las cosas que habían planeado, para cuando llegaron al estacionamiento dos hombres los interceptaron amenazándolos con una pistola, al final a Val la golpearon en la cabeza y a Max lo sedaron para después llevarse a Luna, ese era su único objetivo porque no habían indicios de haberse robado nada más.

Golpe del destino...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora