35. Mi postre favorito...

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La celebración de aquella reconciliación llevaría horas, las chicas abandonaron la cocina dejando todo un desastre, se dirigieron a la habitación principal y ya estando ahí decidieron que lo mejor era tomar una ducha, obviamente lo que harían ahí no sería solo quitar el dulce que tenían encima. Los besos y las caricias no cesaban, era una guerra por ver quien llevaba más el control.

- ¡Yo también quiero mi postre! – decía Valentina.

- Se te quedó en la cocina, ¿quieres que vaya por tus fresas?

- ¡Muy graciosa Julianita! El postre que yo quiero está justo aquí, me gustan las fresas, pero me encanta el chocolate.

- ¿Yo soy tu postre de chocolate?

- Mmmjú! Me fascinas, eres mi postre favorito...

- Pues adelante... Sírvete todo lo que quieras!

- Es justo lo que voy a hacer... - Valentina empezó a descender hasta colocarse de cuclillas, con sus manos recorría las piernas de Juliana, acariciaba sus muslos y subía hasta tocar su entrepierna, con una sonrisa subió su miraba para encontrarse con unos ojos cafés que estaban atentos a lo que estaba haciendo. - ¡No te imaginas el hambre que tengo! – le guiñó un ojo.

- ¡Es todo tuyo! – le devolvió el guiño.

Valentina no lo pensó más y sin perder tiempo se colocó mejor apoyando una rodilla en el suelo, tomó una de las piernas de Juliana y la puso sobre su hombro para tener mejor acceso a la degustación que estaba por darse. La morena por otro lado se apoyó con una mano en la pared, lo menos que quería en ese momento era perder el equilibrio y caer. Un escalofrió le invadió el cuerpo en cuanto sintió la lengua de su novia, la recorría por todos lados, luego presionó con ella su clítoris e incluyó 2 dedos a la acción, la castaña estaba llevando un ritmo constante, con uno de sus dedos empezó a jugar en la entrada de la morena sin llegar a penetrarla.

- No juegues con fuego mi amor porque te puedes quemar... - le dijo Juliana desde su posición acariciandose uno de sus pechos con la mano libre.

- A ti te gusta jugar, yo aprendo de ti y quemarme contigo es todo un placer... - Sonrió maliciosamente, presionó nuevamente con su lengua y la penetró apenas unos milímetros, abandonó la zona escuchando la queja de la morena.

- ¿Sabes que eso me lo voy a cobrar muy caro?

- Eso es lo que quiero... - empezó a jugar con los pliegues de su morena, soplaba y le daba pequeños mordiscos, lo que quería era provocarla, jugar con ella como muchas veces Juliana solía hacerlo.

- ¡Eres una niña traviesa! – decía con la voz entrecortada y ya con la respiración un poco acelerada.

Valentina solo soltó una carcajada y sin previo aviso la invadió, le encantaba eso, agarrarla desprevenida. Entraba y salía de ella deleitándose con los fluidos de su novia, su boca parecía querer devorarla, estaba sediente, hambrienta por cada centímetro de piel.

- No pares! Sigueeee. – más que petición fue orden.

La castaña seguía lamiendo y succionando, con su mano libre le apretó una nalga presionando más la zona de placer contra su boca, Juliana juraba que el placer que recibía por parte de Valentina nadie antes se lo había otorgado, la chica aceleraba las estimulaciones acorde al ritmo de los gemidos de la morena quien estaba a punto de llegar, ambas se estaban sosteniendo fuerte, una apoyada siempre con la mano en la pared y la otra con la mano siempre en el glúteo de su novia. Bastaron unas penetraciones más y Juliana se vino exquisitamente en la boca de Valentina quien no desperdició absolutamente nada y subió luego con los restos de la esencia de su amor apoyando sus labios contra los de ella, entregándose en un beso apasionado.

Golpe del destino...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora