28. Tan tuya, tan mía...

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Después de haber llegado a la gloria juntas, sabían que algo había cambiado, que su relación a partir de ese momento tomó un nuevo rumbo, pero todo para bien. Juliana estaba aun sobre Valentina, con sus miradas conectadas  unieron nuevamente sus labios dándose esta vez un beso tierno, con calma.

- ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien? – preguntó Juliana.

- ¡Me siento de maravilla! Como en las nubes, en un cielo lleno de fuegos artificiales.

- ¡Justo así me siento yo! Te juro que todo esto nunca lo había vivido con nadie, no hay nada que se le pueda comparar... ¡Uuuy te amo tanto! – la volvió a besar.

- ¡Yo ahora te amo mucho más! No imaginé que así sería todo, primero dolió, pero en cuestión de segundos eso quedó atrás dando paso a tantas sensaciones hasta que boom 💥, sentí que llegaba a la cima y luego no había terminado de aterrizar cuando otra vez estaba no sé, ¿excitada? Y nuevamente boom💥, solo que fue mucho mejor, ¿cómo es eso posible?

- ¡Boom 💥las 2 juntas! Jajaja! Amor, las mujeres somos multiorgásmicas, podemos alcanzar el clímax varias veces en una misma sesión de sexo. Si quieres te puedo mostrar que tan cierto es eso. – le dijo de manera sugerente.

- ¿ Ah sí? Me gustaría comprobar esa teoría. – le mordió el mentón.

- ¿Dónde quedó mi tímida novia?

- ¡No sé! – se cubrió el rostro – Tú tienes la culpa...

- ¿Ah sí? Pues también voy a ser la culpable de tantas cosas que quiero hacerte. – empezó a besarla ahora con mayor deseo, pidiendo permiso para adentrar su lengua en la boca de la otra quien la recibió gustosa. – Amor quiero probarte, quiero que me des permiso de hacerlo.

- ¡Hazlo! Confío en ti... - lo dijo con tanta seguridad que hasta ella misma se sorprendió al escucharse.

Juliana comenzó a susurrarle cosas al oído, le besaba el cuello para después deslizar su lengua desde este hacia la mandíbula. Valentina mantenía los ojos cerrados permitiéndose disfrutar todo esto, una corriente eléctrica la atravesó cuando sintió como Juliana iba bajando poco a poco hacia sus pechos.

La morena estaba concentrada en lo que hacía, le tomó un pecho con una mano sintiendo el pezón erecto de su novia, tomó el otro con la boca mordiéndolo, el gemido que salió de la boca de Val solo la motivó a continuar, ahí se entretuvo por varios minutos, definitivamente esa parte de su castaña sería una de su favoritas, sus pechos eran perfectos para ella. Siguió su camino hacia abajo hasta llegar a la zona donde minutos atrás había estado, solo que esta vez la disfrutaría aún más.

- ¡Maravillosa! – dijo, sintiendo la mirada de Val quien se había apoyado en sus codos para ver que era lo que Juliana le iba a hacer.

Valentina se dejó caer en cuanto sintió la lengua de la morena deslizándose por su intimidad separando luego sus pliegues con los dedos para poder profundizar más ese musculo travieso que la estaba volviendo loca. Dio un pequeño brinco cuando sintió un mordisco, lo que hizo reír a Juliana quien de inmediato metió más la lengua en la humedad de la chica provocándole un gemido aún más fuerte.

Juls hacia sonidos de satisfacción como si estuviera comiéndose el postre más dulce de todos los tiempos, lamió de arriba hacia abajo dejando que su lengua masajeara la feminidad de su novia, la chupó bruscamente y por primera vez escuchó a la otra decir una mala palabra, metió 2 dedos junto con la lengua frotando aquella zona. Sus dedos entraban y salían sin descanso y cada vez con mayor velocidad, sentía como el cuerpo y los gemidos de la castaña se acoplaban al ritmo de esos movimientos, sonidos de placer salían de ambas.

Golpe del destino...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora