Después de haber salido del cementerio, Juliana se dirigió hacia su departamento, sabía que aún había muchas cosas que aclarar, que explicar, sobre todo a Valentina; por ahora lo único que quería era estar en una lugar seguro, en un lugar en donde se sintiera en paz y eso era al lado de su castaña, en sus brazos.
Al entrar notó que todo estaba en silencio, supuso que las chicas se encontraban en el piso de arriba, así que decidió ir a la cocina por una pastilla para el dolor de cabeza y un poco de agua, justo ahí se encontraba Gabriela tomándose una taza de café quien en cuanto la vio corrió hacia ella.
- July, ¡Dios mío! ¿Cómo estás? Nos tenías con el Jesús en la boca. – la abrazaba fuerte.
- ¡Hola! – le dijo en un susurro – Ya estoy un poco mejor, no te imaginas todo lo que tengo que contarles, solo que ahorita no es momento ya que necesito dormir un poco, pero antes necesito ver a mi princesa, ¿dónde está ella?
- ¡No te preocupes! Hablaremos cuando tu creas que sea conveniente, ahorita lo importante es que estás ya en casa. Tu princesa está durmiendo, - le dijo con una sonrisa – pasó muy mala noche, no tiene mucho de haberse ido a descansar.
- Yo también pase una noche muy mala, lamento mucho que ustedes pasaran por lo mismo. Voy a tomar un baño aprovechando que Val duerme.
- Ey July! Me alego mucho por ti, por ustedes. Ya era hora amiga, ambas merecen la oportunidad de estar juntas y ser felices. Ve a descansar, yo también dormiré un rato y por cierto, tu amorcito está en tu habitación, así que encontrarás a un angelito en tu cama. – le guiñó un ojo.
- ¡Justo lo que necesito! – le sonrió, le dio un ultimo abrazo y se fue.
Tal y como Gabriela le dijo, al entrar a su habitación vio a un ángel durmiendo en su cama, eso era para ella, su ángel. Trató de hacer el menor ruido posible, se metió al baño y se dio un necesario regaderazo, luego se puso algo ligero y se acostó al lado de Valentina quien despertó apenas la sintió cerquita suyo.
- ¡Juuuuls regresaste! ¿Cómo estás? ¿Estás bien? No estoy soñando ¿cierto? – le tocaba la cara como tratando de comprobar que en efecto estuviera ahí.
- ¡Hola mi vida! No estás soñando, ya regresé y no voy a irme más, te lo juro. Yo estoy bien porque estoy aquí contigo, ¿tú cómo estás bebé?
- ¡Completa! Ya estoy completa porque regresaste. No te imaginas que tan preocupada estaba, tenía miedo de que algo malo te hubiera pasado, no vuelvas a irte así y menos sin contestar el teléfono. – se le empezaron a salir las lágrimas.
- ¡Noooo corazón! No llores por favor, no más lágrimas. ¡Perdón! Pasaron muchas cosas y necesitaba espacio y tiempo para procesar todo, nunca fue mi intención hacerlas pasar por todo esto, te lo juro.
- ¡Tranquila! Ya me contarás todo en su debido momento, lo importante es que estés bien, ¿necesitas algo?
- Ahora que lo dices sí, necesito algo con urgencia. Necesito un beso de esa boquita hermosa que me tiene como loca, ¡es urgente!
- ¿Muy urgente? – Juliana asintió – Hay que solucionar eso ya mismo.
Acortaron la distancia hasta unir sus labios, en un principio se besaban despacio, luego al entrar en confianza aumentaron el ritmo comprobando que sus bocas en efecto calzaban a la perfección, la conexión era increíble, ¿Por cuánto tiempo ambas habían estado deseando esto? Juliana se acomodó mejor hasta quedar sobre Valentina, le mordió el labio provocando un quejido en la chica que la hizo detenerse un poco apenada.
- ¡Perdón! Creo que me emocioné mucho. – le dijo pegando su frente a la de ella mirándola fijamente – Esto se va a volver mi vicio.
- Estoy segura que no solo el tuyo! Deseaba tanto esto, desde la primera vez que nos besamos he vivido con el deseo de poder sentir tus labios nuevamente, así, sin miedos que interfieran. Siento como algo extraño en mi estómago.
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Golpe del destino...
RomanceUn golpe del destino le cambiará la vida a 2 almas que necesitaban encontrarse. Una lo ha tenido todo, menos un amor sincero lo que la hace dudar de que éste exista , la otra se crió con tan solo mucho amor luego de experimentar un evento traumatico...