Golpe del destino...

49. En la nada 2.0

Un silencio sepulcral era lo que existía en el lugar, nadie se animaba a decir nada. Por un lado estaba Mario caminando de un lado a otro por toda la sala, Gabriela era consolada por Alejandro y en lo que se refería a Juliana no dejaba de llorar, al igual que Max. En cuestión de minutos todo se había ido al carajo, aquella vida en donde habían incluido a Valentina con una mentira, y sabían que este día llegaría en cualquier momento, pero no de la manera en que sucedió, no siendo la misma Juliana quien revelara todo y quedando como la gran villana ante el amor de su vida.

- Váyanse! - susurró la morena al ponerse de pie - Quiero estar sola....

- ¿Qué? No Juliana, de aquí no se mueve nadie. - reaccionó Gabriela.

- ¿No me escucharon? - gritó - Quiero estar sola! Déjenme sola maldita sea... - iba a decir más pero se contuvo al ver la cara de Max.

- Hija no debes de estar sola, tenemos que hablar, tenemos que buscar la forma de solucionar esto.

- ¿Solucionar cómo? Con otra mentira? Con otra de tus grandes ideas? Nunca debimos haber hecho esto, nunca debí hacerte caso, aquí la idiota más grande soy yo porque me presté para todo esto y sin que nadie me obligara. ¿Qué quieres arreglar? Esto no tiene arreglo, Valentina se fue y nunca va a regresar, me odia, mi morrita me odia- su llanto se intensificó.

- Mi vida alguna solución debe de existir. - Mario se acercó para consolarla.

- No te me acerques! - se levantó de nuevo- No existe tal solución, nada me la devolverá, nada hará que me perdone. ¿Quieren hacer algo por mí? Déjenme solaaaaa.

- No July! - Max le tomó de nuevo la mano - Yo no me quiero ir, yo me quiero quedar contigo, no me alejes de ti por favor - dijo en medio del llanto.

- Max no! Ahorita no es momento, es mejor que te vayas con ellos. - trató de decirle de la mejor manera, la verdad es que le dolía verlo en ese estado y se sentí tan culpable por eso.

- Por favor July! Por favor! - le suplicaba.

- ¿Tú me quieres verdad? - el niño asintió - Y confías en mí ¿verdad? Max yo te amo enano, tú eres mi hermanito, mi mosquetero valiente y es por eso que necesito que te vayas con papá y lo cuides, yo voy a estar bien mi amor, solo necesito estar a solas, te prometo que cuando me sienta mejor vas a estar aquí conmigo el tiempo que quieras ¿está bien?

- Pero es que tú estás triste y lloras mucho y yo quiero cuidarte. No tienes que estar solita.

- No voy a estar solita! Lanna me hará compañía, ya después tú vendrás y jugaremos los 3 juntos.

- ¿Y puedo venir mañana? No importa si no jugamos, yo solo quiero estar contigo.

- En cuanto me sienta mejor yo misma iré a buscarte! ¿Está bien?

- Está bien! - dijo resignado y para nada convencido.

- Max vámonos! Vámonos todos, si lo que quiere es estar sola pues la dejaremos sola. - ordenó Mario.

A Mario no le parecía nada buena esa opción, pero conocía perfectamente a su hija y sabía que si se quedaban sería peor, Juliana necesitaba desahogarse a su modo, a solas. Le darían su espacio sin dejar de estar al pendiente de ella, él también necesitaba calmarse, pensar con cabeza fría, necesitaba solucionar no precisamente el problema con Valentina, sino mantenerse fuerte para sus hijos, para ayudarlos en todo lo que se venía aunque por dentro estuviera destrozado, no solo Juliana había perdido a la mujer de su vida, él también.

- Cualquier cosa nos llamas! Cualquier cosa July, a la hora que sea. - le dijo Alejandro - Todo va a estar bien mi niña, tal vez no hoy, pero sucederá. Tú eres fuerte y vas a superar esto, todos lo vamos a hacer... ¡Te amo hermanita! Te amo mucho.