41. En la nada...

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El silencio reinaba en el lugar, en horas de la madrugada Juliana bajó a la cocina confirmando que no había nadie más, la maleta de Valentina ya no estaba donde la vio por última vez, lo que significaba que esta vez sí se había marchado. El dolor que sentía aumentó, pero no iba a llorar más, ni por ella ni por la que decía ser su mejor amiga, su conciencia estaba tranquila y ellas no merecían sus lágrimas, ese dolor en su corazón lo estaba empezando a transformar en orgullo, agradecía que se hubieran marchado porque no quería verlas y mucho menos escucharlas.

- ¿Qué me ves Lanna?- la perrita la había seguido hasta la cocina – Vamos a estar bien, no te preocupes... Tú y yo podemos continuar con nuestra vida solitas. Vamos a la sala a ver una película, ¿te parece? Sé que no son horas, pero es que no tengo sueño.

Lanna de igual manera la siguió, esas horas había estado inquieta entre saber que su mamá Val se había ido y ver a su mami Juls llorando. Juliana se acostó en el sofá y encendió el televisor poniendo la caricatura que a Lanna le gustaba, Mickey Mouse.

- Un día te voy a llevar a Disney! Ah y llevamos a Max obviamente... ¡Ven aquí! – la llamó para que estuviera junto a ella en el sofá - ¿No quieres? – Lanna le ladró y luego la ignoró - ¿Es neta? ¿Querías irte con tú mamá? Yo no te tengo aquí obligada, tú también sabes donde está la puerta Lanna. – se dio la vuelta quedando de espaldas a la perrita.

Bastaron unos segundos para sentir un lengüetazo en su cara y a su bendición acostándose a su lado.

- Yo también la extraño bebé! Y eso que apenas han pasado unas horas, pero hay cosas a las que nos tenemos que acostumbrar. – Así estuvieron abrazadas hasta quedarse dormidas.

Ya por la mañana Juliana decidió que lo mejor era ir a trabajar, necesitaba concentrarse en algo y ese algo era su trabajo, no valía la pena quedarse encerrada en 4 paredes lamentándose

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Ya por la mañana Juliana decidió que lo mejor era ir a trabajar, necesitaba concentrarse en algo y ese algo era su trabajo, no valía la pena quedarse encerrada en 4 paredes lamentándose. No quiso poner a su padre al tanto de la situación, prefería que él siguiera disfrutando se su viaje junto a Elizabeth y Max, con la única persona que habló fue con Alejandro.

- ¿Cómo te sientes July? Estoy al tanto de todo, Gaby me contó lo sucedido.

- ¿ Cómo se puede sentir uno con algo así? Realmente no me interesa saber qué te dijo Gabriela, no quiero hablar del tema, lo único que me interesa ahorita es que regreses pronto.

- Juliana no hagas como que te vale madres! Tanto Gaby como Valentina están mal, ¿no te interesa saber cómo está ella?

- ¡Mejor que yo supongo!

- No antepongas tu orgullo Juliana... Deberían de hablar las 3 con calma, te lo digo como amigo.

- Me lo dices como novio de Gabriela.

- Juliana... - le advirtió.

- ¡Perdón Ale! Es que esta vez sí que no sé que hacer, me siento en la nada, sola. No he querido decirle nada a papá y tú estás lejos, no tengo a alguien con quien hablar, wey no tengo a mi novia ni a mi mejor amiga porque la bronca es con ellas.

Golpe del destino...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora