20. Me debería cuidar de ti...

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- ¿Por qué me ocultas cosas Juliana? – fue lo que preguntó Valentina dándole la espalda a Juliana.

- Por lo visto no soy la única aquí que oculta cosas ¿por qué el misterio Valentina?

- ¿Misterio? Era una sorpresa! – dijo de manera sarcástica enfrentándola – No, mas bien la que se llevó la sorpresa fui yo... ¿por qué no me dijiste que Alfonso quería comunicarse conmigo?

- Porque no creí que fuera importante para ti, pero ya veo que sí. Al final que más da si logró lo que quería, hasta con cena incluida, lo que no entiendo es como dio contigo.

- No creíste que fuera importante, o sea, tú decides que es importante o no para mi ¿qué te pasa? ¿Quieres saber como dio conmigo? Simple Juliana, resulta que Daniela vino a hablarme de la cena y aprovechó para preguntarme si tú me habías hablado de su primo y yo ni enterada de nada.

- ¿Por qué no me extraña que Daniela esté metida en esto? Entiende Valentina, yo no te quiero controlar, solo quiero protegerte, ese tipo recién se aparece y ya se muestra super interesado en ti.

- Ese tipo es el primo de tu novia y parece ser buena persona, la decisión de si quiero conocerlo o no es solo mía.

- ¡Que no es mi novia carajo! – dijo en un tono más fuerte Juliana – Puede ser el mismísimo Papa y aún así no confiaría en él.

- ¿Y por eso te tomas atribuciones que no te corresponden? ¿Es parte de tu papel de hermana mayor? No soy una tonta Juliana, el hecho de que haya perdido la memoria no significa que sea incapaz de tomar mis propias decisiones y saber que está bien o que está mal.

- En ningún momento he pensado o dicho que seas una tonta, sé que puedes decidir por ti misma, pero mi deber es cuidarte, no puedes andar confiando en cualquier persona.

- He confiado en ti Juliana sin ni siquiera recordarte! ¿No será más bien que de quien debo cuidarme es de ti? – le gritó, en cuanto fue consciente de lo que dijo se sintió de la peor manera, más cuando vio el efecto que esas últimas palabras provocaron en Juliana.

- Es mejor no decir nada más! – fue lo único que mencionó Juls dando media vuelta para irse visiblemente afectada.

- ¡No Juls, espera! – Valentina la tomó del brazo – No quise decir eso, lo siento... ¡Perdóname por favor! – abrazó rápidamente a Juliana quien no se lo impidió, al contrario, correspondió el abrazo escondiendo su rostro en el cuello de la castaña.

- ¡Solo quiero cuidarte! – le dijo entre sollozos – No desconfíes de mi por favor...

- No quise decir eso, créeme! Claro que confío en ti, no llores por favor – le daba besos en la cabeza - ¿No se supone que la que acostumbra a esconder la carita en el cuello de la otra soy yo?

- ¡Shuuuu, no digas nada! Yo también tengo derecho, estoy cómoda aquí, además huele muy rico. – repitió lo que una vez Val le había dicho, le dio un beso en el cuello lo que le provocó un escalofrío a la chica.

- ¡Jajaja! Es tu oportunidad de vengarte y limpiarte los mocos en mi cuello ¿cierto? Ven, vamos al sofá que estar de pie es cansado. – ambas se acomodaron de manera que pudieran continuar abrazadas cómodamente.

- ¿Me perdonas? – preguntó Juliana – Prometo no decidir más por ti, ni meterme en tus cosas aunque algo no me parezca, no quiero que sigamos discutiendo. – decía otra vez escondida en el cuello de Valentina.

- Te perdono si tú me perdonas también... no fue mi intensión decir nada de eso, pero es que tú eres desesperante, – empezó a reír - tampoco quiero que sigamos discutiendo, menos por terceras personas – le acariciaba el cabello apoyando su mejilla en la cabeza de la otra.

Golpe del destino...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora