Un golpe del destino le cambiará la vida a 2 almas que necesitaban encontrarse. Una lo ha tenido todo, menos un amor sincero lo que la hace dudar de que éste exista , la otra se crió con tan solo mucho amor luego de experimentar un evento traumatico...
Había despertado un poco más tarde de lo normal, en cuanto abrí los ojos pude comprobar que me encontraba sola en la habitación, me levanté e hice primero mi aseo personal para luego ir a buscar a Lunita y a Juls con quien por cierto necesitaba hablar acerca de lo sucedido la noche anterior. Encontré a mis dos amores en la cocina, me quedé en silencio viéndolas desde el marco de la puerta, mientras Juliana preparaba el desayuno, Luna estaba muy tranquila en el portabebés sobre el desayunador, parecía prestarle atención a lo que su mami le decía.
- ¿Entiendes algo de lo que te digo? – le preguntó Juls a la bebé – Estos son huevitos, por ahora no puedes comerlos, pero te prometo que cuando ya sea posible, yo te voy a preparar unos muy deliciosos. A tu mamá le gustan rancheros, habrá que ver si también te llegan a gustar así... Te pareces mucho a ella, no me canso de decírtelo, eres muy hermosa mi amor. Cada vez que veo tus ojitos es como si estuviera viendo los de tu mamá, ¿sabes? Esa fue una de las cosas que me enamoró de ella, su mirada profunda, brillante y esa paz que transmite... Cuando los vi por primera vez dije, ¡Wooow que ojazos! – soltó una carcajada- una voz en mi interior me dijo que ya había caído rendida ante ella, pero en ese tiempo yo era muy tonta y preferí ignorarla y ya ves como terminó todo. – dijo con cariño tocando la pequeña nariz de Luna – Ahora no solo estoy enamorada de ella, también de ti, la verdad es que ya te amaba desde antes que nacieras, mi reacción al verte fue la misma, ¡Wooow esta cosita preciosa es mía! Porque sí, eres muy preciosa tal y como Val, eres una mini versión de ella.
- Tú también eres una preciosa... - la interrumpí estando bastante conmovida con sus palabras - ¡Buenos días, mi amor! – me acerqué a ella y la besé- ¡Buenos días, princesa! – saludé a Lunita.
- ¡Hola, amor! Le estaba diciendo a Lunita que tiene unos hermosos ojos al igual que los tuyos y que ambas me tienen muy enamorada.
- A mi también me tienen muy enamorada ustedes dos... Aaaah, por cierto, también me encantan tus ojos, el marrón se volvió mi color favorito. – le guiñé un ojo - ¿Qué estás preparando?
- Huevos rancheros y un poco de jamón... A Luna le preparé un delicioso biberón, pero estoy segura de que ahorita quiere de postre algo que solo tú le puedes dar.
- ¡Eso es lo primero que voy a hacer! Termina de preparar todo mientras yo le doy pecho a esta glotona, - dije tomando a la bebé en brazos – luego tú y yo tenemos que hablar.
- ¿Acerca de...?
- De lo que pasó anoche...
- Alimenta a la niña, luego desayunamos y ya después hablamos, ¿te parece?
- Me parece...
Me dirigí hacia la sala para amamantar a Luna, minutos después llegó Juls y se sentó a mi lado, le encantaba ver a nuestra princesa comer, las dos disfrutábamos de esos momentos y tratábamos de aprovechar cada instante compartiendo en familia.
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