40. Malentendidos.

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Los días habían pasado, pero no todo era felicidad, al menos no para Juliana, era claro que el paso de los españoles por México no le estaba resultando del todo grato. Con Franco no había problema, de hecho estaba sumamente agradecida por el trato y la atención que le daba a Valentina, el hombre vio el trabajo de la castaña y quedó admirado, sobre todo al conocer que la chica no tenía preparación alguna, al parecer había nacido con ese talento, de cierta manera en poco tiempo desarrolló afecto y mucha empatía hacia ella. Con Elizabeth tampoco existía ningún problema, menos al ver que aun sentía interés por su padre y que a él tampoco le era indiferente, en más de una ocasión habían ido a cenar solos y en otras se iban de paseo con Max.

El problema en realidad estaba siendo con Lucas, el chico no disimulaba al mostrar su fascinación por Valentina, no era que le faltara al respeto ni nada por el estilo, pero se mostraba muy atento con ella y no perdía oportunidad para elogiarla, aprovechaba de sus conocimientos en arte para acercarse más a ella. Toda esta situación realmente estaba incomodando a Juliana, confiaba en Valentina, pero no en él, aun así tenía presente que debía de controlar sus celos.

Para la primera semana de marzo Franco regresó a España, más no sus colaboradores. Beatriz viajó a Monterrey por invitación del mayor de los Valdés y de Max, estarían ahí durante una semana, en cambio Lucas estaría durante ese tiempo en la ciudad antes de regresar ambos a España, la mayoría de los días los pasaba en el Corporativo, había hecho amistad con Valentina y Gabriela, pero no así con Juliana, ambos se mostraban amables el uno con el otro, pero el trato era mínimo.

En esos días a Juliana le había aumentado el trabajo, salía tarde o llegaba a trabajar al departamento, en su cabeza había muchas cosas, entre ellas el cumpleaños de Valentina que era es mismo mes, también no dejaba de pensar en lo de hablar con su novia y con su amiga acerca de que tuvieran total independencia en el proyecto de decoración de interiores, quería que las cosas se hicieran bien por lo que se le ocurrió sorprender a ambas. El estrés que estaba teniendo en esos días era bastante, sobre todo el no estar compartiendo con Valentina el mismo tiempo que acostumbraban, eso y la presencia de otras personas ya habían ocasionado una que otra discusión.

- ¿ Estás ocupada? – preguntó Valentina desde la puerta de la oficina de Juliana .

- ¡Más o menos! Pero adelante, ¿ de cuándo acá tienes que pedir permiso para entrar?

- Últimamente estás con una u otra persona ocupada en algo y la verdad no quiero ser inoportuna. Solo venía a decirte que Gaby y yo ya no tenemos nada más que hacer por hoy, entonces vamos a ir a comprar unas cosas y de paso acompañaremos a Lucas a ver algo de unas artesanías.

- ¡Está bien! – le dijo mirando fijamente su computadora. – Yo me quedaré aquí no sé hasta que hora, quiero terminar todo esto lo antes posible.

- ¿Vas a llegar tarde otra vez?

- No sé Val! sabes que cuando me ciño en algo no estoy tranquila hasta que queda resuelto.

- ¿Es en serio Juliana? – preguntó un poco molesta – Te la pasas trabajando como loca, anoche no fuimos a cenar por tu dichosa reunión a última hora, estos últimos días si acaso nos vemos a la hora de dormir.

- Ya te pedí disculpas por lo de anoche Val! A veces hay cosas que no puedo controlar por más que yo sea la jefa. Pero anda, que te deben de estar esperando.

- ¡Nos vemos luego! – se acercó y le dio un beso.

El saber que Valentina pasaría el resto de la tarde con Lucas le molestó bastante, pero prefirió no decir nada al respecto, le tranquilizaba un poco el hecho de que Gabriela estaría con ellos. Siguió concentrada en su trabajo hasta que recibió el aviso por parte de Andy de que alguien quería verla y hablar con ella.

Golpe del destino...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora