87. Nuestro angelito...

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La verdad es que Valentina no había pasado una muy buena noche, su pequeño gran amor no le había dado tregua. Por la mañana se había sentido mejor, ese día tenían programado ir a almorzar a casa de sus suegros, pero Juliana no creyó que fuese lo más conveniente, así que decidieron quedarse en casa, decisión que Val agradeció. Para ella era mejor plan el estar en casa siendo consentida por su morena, y es que las atenciones de Juliana para con ella y su bebé no cesaban, esa mujer estaba completamente enamorada de sus tesoros.

Ese día en particular, había estado muy conversona con su pequeña, Juliana siembre le hablaba a Luna, incluso le cantaba y por cómo esta se movía en el vientre de Val, daba a entender que le encantaba escuchar a su mami. Desde que se levantaron Juls se dedicó a mimar a su esposa, quería que estuviera tranquila y cómoda, así que entre tantas cosas que le decía a su bebé, le pedía que por favor se portara bien y por momentos parecía que Luna entendía, pero luego empezaba otra vez a moverse mucho, sobre todo cuando Juliana le decía que ya moría por conocerla, por agarrarla a besos y jugar con ella... - "Si mamá quiere conocerme ya, pues hay que complacerla" - probablemente pensó Luna.

El hecho es que durante la tarde Valentina había estado sintiendo malestares y empezando la noche la situación se mantenía, los mismos empezaron justamente después de almorzar y pensó que era porque la comida no le había caído muy bien. Eran dolores suaves por lo que trataba de no ponerle mucha mente, no había querido decirle nada a Juliana para no preocuparla o ilusionarla por la posible llegada anticipada de Luna, - ¿serían contracciones?- Eso se había preguntado a sí misma, pero es que todavía no era el momento para ello, empezó a sentir un poco de miedo y fue por eso que decidió ir al baño, necesitaba llorar sin que Juliana la viera porque era mejor una en ese estado y no las dos.

Al ir de camino hacia el baño, un líquido caliente comenzó a fluir entre sus piernas, y supo que era el momento de hablar.

- Rompí bolsa ... - le dijo a Juliana quien en cuanto la vio pensó que de había hecho pipí- Tendremos a nuestra bebé.

La expresión en la cara de Juliana era indescriptible, tardó unos segundos en reaccionar y en cuanto lo hizo se acercó a su esposa que estaba igual o más asustada que ella. Se había mentalizado tanto para cuando llegara este momento, había practicado como debía de actuar y que debía de decir para manejar bien la situación, pero justo ahora su mente no le estaba colaborando mucho, respiró profundo hasta que logró tranquilizarse y así tranquilizar a Valentina.

- Hay que llamar una ambulancia. - gritaba Juliana.

-Juls, nooo! Vamos a tardar más... Es mejor ir en el coche.

-Tienes razón! Vámonos ya... - le tomó la mano.

-Así no podemos ir! Mírate, andas en pijama, además, hay que llevar el bolso con todas las cosas y la silla de la bebé, ¿pusiste la silla en el coche?

-Mmm ¿la silla? Ya mismo soluciono eso... Tú no te muevas de aquí, yo me encargo de todo. - se acercó y le dio un beso.

-Juuuuls! Rápido...-tuvo que cortar el beso.

- Ah sí, rápido! Ya viene la bebé... Ya voooy! - salió corriendo a preparar todo con Lanna detrás de ella.

Minutos después se habían terminado de vestir y ya con todas las cosas que tenían preparadas, se subieron al auto.

Ya era de noche y por dicha el trafico en la ciudad no era mucho, eso permitiría que llegaran más rápido al Hospital, ya Juliana se había comunicado con Carina quien de inmediato le confirmó que se verían en el lugar. Las contracciones en Valentina se hacían presentes cada 15 minutos y duraban unos 30 segundos, Juls llevaba el conteo en la mente mientras conducía.

Golpe del destino...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora