79. Contigo de la mano ...

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Habían pasado horas amándose, entregándose sin control y sin reservas, tal y como siempre lo hacían. Esta vez había algo diferente, quizás el hecho de saberse casadas las hizo sentir con más seguridad, más complicidad y una felicidad que no podían describir, cada caricia, cada gesto y cada beso iba acompañado de risas, incluso segundos después de cada orgasmo y de lograr recomponerse, las carcajadas inundaban aquel lugar.

Luego de haber terminado una de sus majestuosas sesiones de sexo, Valentina se encontraba boca arriba mirando hacia el techo, mientras que Juliana estaba de lado con los ojos puestos en su esposa y con una mano haciéndole caricias en su vientre.

- ¿Qué tanto me ves? – le preguntó Valentina – Debo ser todo un desastre.

- El desastre más hermoso del mundo... - le respondió Juliana – Me encanta verte así, hecha todo un lío después de hacer el amor. Eres la persona más hermosa que he visto en mi vida, - se acercó un poco más y le habló al oído en un tono suave y dulce que le provocó escalofríos en el cuerpo a Val.

- Tú eres la más hermosa, chiquita mía! Eres todo lo que alguien puede desear en esta vida y mira que bendición la mía, te tengo todita para mí. – dijo esto dándose la vuelta y mirándola fijamente a los ojos, notando así un brillo en los ojos de su morena – Tú eres mi mayor motivación, mi motor, mi presente y mi futuro, eres mi todo.

- Tú quieres matarme de amor, ¿cierto? – Juls la acercó más a ella colocando una mano en su cintura.

- Lo que quiero es morir contigo al hacer el amor y así juntas volver a la vida... - selló esto dándole un apasionado beso.

Juliana se entregó a ese beso, a esos labios que la volvían loca y que eran la prueba de que todos sus sueños se estaban volviendo realidad, al menos los que empezó a tener desde el momento en que Valentina se le clavó no solo en la cabeza, sino que también en su corazón para apoderarse de él. La envolvió entre sus brazos dejándose llevar, dejando que su castaña hiciera con ella lo que quisiera. Cuando ambas se separaron, Valentina la miraba con una intensidad que le traspasaba el alma.

- Si me sigues mirando así, te juro que no respondo... - le dijo Juls.

- Si esa es una amenaza, voy a seguir provocándote, solo déjame descansar un poco. ¡Eres insatiable morena!

- ¿Yo? – preguntó haciéndose la ofendida – Tú eres la que interrumpe mi momento romántico para terminar abusando de mí.

- Y tú que te dejas, así que no te hagas la víctima. No tengo la culpa de que seas irresistible, pero bueno, prosigue con tu momento romántico.

- Para mí es todo un honor llegar hasta el cielo contigo. – le dijo Juliana de manera pícara.

- Alcanzar la gloria juntas... - Valentina abrazó a Juliana y la besó nuevamente, esta vez más lento, juntando aun más sus cuerpos, acariciando su suave piel.

- ¿Sabes qué es maravilloso? Encontrar placer y amor en la misma persona. – le dijo en un tono dulce – Antes de ti solo conocía lo que era el placer, el estar con una persona solo por satisfacer una necesidad, pero luego apareciste tú y eso cambió por completo. Contigo conocí por primera vez el amor, me enamoré como una loca y cuando te pude tener por fin entre mis brazos, ahí fue donde experimenté eso de tocar el cielo con las manos, la diferencia entre solo sexo y hacer el amor.

- Hacer el amor... - suspiró acariciándole el rostro – Algo que no cualquiera llega a experimentar, ¿cierto? Me hace tan feliz no haber tenido que buscar eso en ninguna parte antes, todo lo he encontrado en ti... My one and only love.

- Es increíble verte ahora en comparación con quien eras cuando nos conocimos. – Juls la miraba como si ella fuese una diosa – Dejaste de ser una niña para convertirte en toda una mujer, mi mujer, la más bella que he conocido.

Golpe del destino...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora