Golpe del destino...

21. Eres mi bebé grande.

Los días seguían pasando, entre Valentina y Juliana todo parecía estar bien, al menos en lo que cabía, no hubo más discusiones ni enfrentamientos de ningún tipo, la morena estaba cumpliendo con eso de que no se metería en las decisiones que la castaña tomara. Claro que le estaba costando mucho, más cuando en esas decisiones se veía implicado Alfonso y es que el chico definitivamente no se estaba dando por vencido en su plan de conquista, ya varias veces había invitado a salir a la oji azul quien se mostraba muy feliz.

Por un lado Juliana se alegraba de verla bien, de verla de buen ánimo, aunque eso también le doliera. Muchas cosas le daban vueltas en la cabeza, como el hecho de que en efecto Valentina se estuviera enamorando de su pretendiente y es que tenía que admitir que hasta ahora se había mostrado como un hombre caballeroso y detallista, todos los días le enviaba algún regalo a la castaña.

Con Gabriela no se volvió a tocar el tema, se podría decir que ambas amigas estaban un poco distantes desde la última conversación que habían tenido. Gabriela se mantenía firme en su apoyo a Valentina y no es que no quisiera a su amiga, lo que más deseaba era verla feliz y sabía que solo una persona lograba hacer que le brillaran los ojos, pero también era consciente de los miedos de Juls y que para que esta los dejara de lado había que someterla a un poco de presión. Juliana no sabía bien si la distancia que estaba teniendo con Gaby se debía a que lo que esta le dijo era verdad y le costaba a ella aceptarlo o que le resentía el que fuera capaz de ayudar a Valentina a estar con Alfonso.

No tenía derecho a enojarse y menos reclamar algo, al fin y al cabo Valentina era libre de decidir a quien querer, además ella le había dejado claro que entre ambas solo existía una relación de amistad/hermandad... ¡Que tonta! Se decía a sí misma.

Valentina a pesar de sus salidas y conversaciones con Alfonso, seguía mostrándose afectuosa y cercana a Juliana, de vez en cuando le preparaba su famosa lasaña, veían películas y se quedaban hablando de cualquier cosa hasta altas horas de la noche. Había ocasiones en las que salía a cenar con el tipo en cuestión y al regresar se encontraba con la sorpresa de que Juliana se había quedado dormida en el sofá como si la estuviese esperando, otras veces llegaba, se ponía su pijama y se iba a buscar a Juls a su habitación y al encontrarla ya dormida se acostaba a su lado como para hacerle saber que ya estaba en casa. Era cuestión de segundos para que la morena aun en ese estado de inconcencia la abrazara y terminaran durmiendo juntas.

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Juliana había recibido una llamada de Alejandro indicándole que necesitaba que lo ayudara con un problema que estaba teniendo con el proyecto en Estados Unidos, al ser ella la presidenta del Corporativo era la única que lo podía resolver. Ese viaje le tomaría mínimo una semana fuera de México, lo que significaba alejarse nuevamente de Valentina, con la diferencia de que en esta ocasión andaba un tiburón al asecho.

Habló primero con Gabriela poniéndola al tanto de la situación, sabía que su amiga iba a cuidar bien a Val, no quiso comentarle nada sobre Alfonso, no tenía sentido. El siguiente paso era contarle a la castaña sobre el viaje ¿será que la extrañaría al igual que la primera vez que se separaron?

- ¡Hola princesa! ¿Qué tal tu día? – saludó a Val quien estaba en su cuarto de pintura .

- ¡Hola Juls! He tenido un día muy productivo... ¿Y tú? No te doy beso ni abrazo porque estoy toda llena de pintura.

- ¿Y eso qué? Yo quiero mi beso y mi abrazo – le hizo un puchero - ¡Ven acá! – se saludaron como acostumbraban y en efecto Val llenó de pintura a Juls.

- Mira como te dejé, esas manchas no se van a quitar.

- No importa! Tengo más ropa y pues te cuento, hoy me fue bien, solo que hay algo que tengo que contarte.