Hugo.

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He estado yendo a baile todos los días desde que empecé. También he estado mirando todos los días por la ventana de boxeo, pero no he vuelto a ver a ese chico rubio. Mi padre se fue hace unos días y la verdad es que lo agradezco. Sigo sus consejos, pero sola me siento menos presionada.
Martina ha venido a comer y a estudiar, mañana tenemos el primer examen de este año y sé que lo voy a bordar porque solo me dedico a estudiar.

-Jo, tía- se queja-estoy arta ¡ARTA! de estudiar. Necesito vacaciones-dice dramáticamente tirándose en la cama.
-Sólo llevamos una semana en la uní, Martina- me rio cuando la miro.
-Ya, pero esque no me entra-pone el libro en su cara.
-¿Has estudiado? - levanto la ceja.
-No- niega.
-Entonces, ¿como vas a aprobar? - le aparto el libro de la cara y la miro.
-¿Copiando? - echamos a reír.
-Estás en la universidad, no en tercero de primaria-acabo de reírme.
-Tu nunca has copiado, ¿no?- se pone boca abajo, se sujeta la cabeza con sus manos y espera una respuesta.

Niego con la cabeza.

-Mi madre era profesora. Siempre me ha ayudado a planificarme bien mis estudios y gracias a ella, estoy donde estoy-sonrío de medio lado porque cuando me acuerdo de ella, me pongo triste.
-Es una pena, Abi- me coge de la mano-ella hizo a la mejor chica del planeta-trata de animarme.

Asiento con la cabeza y nos quedamos calladas, pero lo cierto es que la echo de menos.

-Venga va- se pone de pie y va a por el teléfono- vamos a arreglarlo rápido.
-Qué vas a hacer- me pongo seria y me levanto detrás de ella.
-Llamar a los chicos para que vengan- se hace la loca mientras se va al comedor.
-¿Qué? No, de eso nada. Mañana hay examen-trato de quitarle el teléfono-es mi casa y me niego a que vengan, Martina-me estoy poniendo nerviosa- ¡Martina! Dame ese teléfono-le exijo.

Ella me hace un corte de mangas mientras me enseña la lengua y espera mientras le da tono al móvil que está llamando.

-Mateo-dice- que alegría escucharte.
-Qué quieres, Martina-se rie- eso sólo suena a que quieres que vaya a algún sitio.
-Lo cierto es que sí- se rie- ¿venís a casa de Abi?- dice rogando.
-Esque estamos en Fuengirola tomando algo, veniros vosotras va- le intenta convencer él.
-Vale, en treinta minutos estamos ahí-le cuelga Martina.
-¿Qué? ¿Estamos? Ni de putísima coña, Martina. Mañana hay examen y no pienso salir-le digo.
-Vamos Abi, sólo tu tienes coche-me cruza las manos como si fuera a rezar-además te lo sabes todo.
-Ni hablar. Si quieres ir, que te recojan. Yo me quedo en mi casa-le niego con la cabeza.
-Por favor. Que seguro que está Miguel-me pone cara de perrito.
-Y que me importa a mi... Un momento, ¿Te gusta Miguel? - sonrío.
-Miguel del grupo de Mateo, no. Miguel del grupo de Hugo- se encoge de hombros.
-¿QUÉÉÉ?- le digo con cara de asco.

Y no es por ese pobre chico al que no conozco, si no porque no concibo nada que tenga que ver con Hugo. Siempre haciéndome la puñeta y sacándome de mis casillas.

-Es dos años menor que tu- le afirmo.
-Lo sé. Eso no implica que no bese bien-se ríe y yo alucino con lo que me cuenta- vamos Abi porfa.
-Está bien. Pero solo un rato y cuando yo diga que nos vamos, nos vamos-cojo las llaves, una chaqueta finita y nos vamos.

Aparcamos el coche una calle más atrás de donde están ellos porque no hay hueco por ninguna parte. Andamos menos de dos minutos y cuando giramos la esquina, ellos están sentados en dos mesas tomándose una cerveza.

-Ay tía- me coge y me empuja hacia atrás- está Miguel. ¿Voy guapa? - me dice nerviosa.
-Genial-sonrío angustiada porque no sé si el echo de que esté Miguel, implica que Hugo también -¿Y yo?
-Guapísima- me dice- pero tu para qué quieres estar guapa eh- sonríe.

Llevo un vestido de tirantes junto a una camiseta de cuello alto y unas botas altas con una rebeca.
Nos disponemos a volver a girar la esquina de nuevo y entonces los vuelvo a ver a todos sentados y cuando me fijo bien cierro los ojos y respiro hondo.

-Hola chicos-dice Martina sonriente mientras se sienta al lado de un moreno que supongo que será Miguel porque a los demás, los conozco a todos-ella es Abi. Abi, él es Miguel.

"Bingo" pienso. Voy, le doy dos besos y me siento al lado de Mateo con el que choco los cinco. Al lado de Miguel hay una coca cola y una gorra pero el sitio está vacío.

-Cómo estas-me dice Mateo.
-Bien. Bueno, mañana tenemos examen pero esta señora me ha convencido para venir- levanto una ceja.
-No me ha hecho falta mucho para que vinieras- se ríe.

Le miro sonriente aunque en el fondo deseo irme a casa a estudiar. Estamos hablando cuando sale alguien del bar. Me giro, cierro los ojos y sin darme cuenta, estoy apretando tan fuerte la silla, que creo que la voy a partir.
Esa cadena plateada, ya sé de que me sonaba.
Pelo rubio, una camiseta holgada, larga y rosa de Ellesse, unos pantalones ceñidos negros y unas Nike. Y esa risa de dos años de aparato que se le va cuando cruzamos miradas.

-¿Hugo?- digo asombrada del cambio físico que ha dado en estos tres últimos años.

Sin mirarme una vez más, se encara a Mateo, le pide las llaves a lo que Mateo no se niega y se va al coche. Todos se quedan callados mirando, yo quiero que la tierra me trague y maldigo por no haberme quedado estudiando en casa.

-Bueno, y mañana de que tenéis el examen-corta el mal rollo Telmo.

Hemos estado un rato hablando, Hugo no ha aparecido para nada, pero sé que ha estado hablando con Mateo porque, al mirar de reojo, lo he visto.

-¿Y tu hermano? - me animo a preguntarle.
-Esque no se encuentra bien, me está esperando en el coche para irnos- se mueve incómodo - de echo, nos vamos a ir ya chicos-se levanta.

Todos se quejan pero se levantan para irse. Yo me levanto y saco el monedero para pagar la coca cola que me he tomado, pero Mateo me coge la mano y me indica que paga él. Yo le doy dos besos y nos vamos Martina y yo.
Hemos estado todo el camino escuchando música aunque yo no he podido dejar de pensar en lo que ha pasado cuando he llegado y Hugo ha salido del aseo.
Sé que quizá pude hacer un poco de daño al marcharme así, pero no creo que me merezca el trato que me ha dado hoy.

He dejado a Martina en casa, son las nueve de la noche. Me quito la ropa, enciendo el grifo con agua caliente y me meto en la ducha, me siento en el plato, envuelvo mis piernas con mis brazos y me pongo a llorar.

Quiero volver a Inglaterra.

¿Se irá Abigail? ¿Qué le pasará?
Espero que os esté gustando, familia y lo disfrutéis tanto como lo estoy haciendo. Si os esta gustando 🌟. Comentad que creeis que va a pasar. ¿Se irá?
Lo veremos mañana. Un beso❤️

Life HaackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora