Pijama.

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Abro la puerta y ahí está él. Con su pelo rubio ahora más oscuro a causa del agua. Una chaqueta negra, una camiseta rosa y unos vaqueros oscuros, tal cual iba esta mañana. Me mira y luego mira sus zapatillas.

-No tengo perdón, lo sé. ¿Puedo pasar? Hace frío-dice quitándose la chaqueta.

Le abro y pienso que es un egoísta que no me deja enseñarle la casa, pero lo cierto es que la ha visto mil veces.

-Puedo darte explicaciones-me dice mientras voy detrás de él.

Pero lo cierto es que no las necesito porque esta vez, no estoy enfadada con él. No ha venido donde hemos quedado, pero ha aparecido en mi casa para decirme que lo siente.

-No las necesito-y cuando le digo eso, se gira y ladea la cabeza. - Quiero decir, has venido, da igual porqué no has aparecido, supongo-cojo el teléfono y lo miro mientras él entra al baño.

Mateo Haack
22,15
Abi, te he llamado mil veces pero no me lo coges, se que estás decepcionada. Hugo sí ha intentado ir a casa a verte, pero Abril dice que se ha torcido el tobillo y han ido al médico. Por eso no ha aparecido. Me está pidiendo que lo lleve a tu casa para verte, pero no sé qué hacer y no me contestas.
22,19
Voy a llevar a Hugo porque está tan insoportable que me he planteado meterle un calcetín en la boca.

Sonrío cuando lo leo.

Mateo Haack
22,35
Lo he dejado en la esquina. Le hemos dicho a mi madre que se va a casa de Miguel a dormir asique cuando acabe que se vaya que esta cerca. Se está chopando el muy tonto por no querer coger paraguas. No lo mates, él se moría por verte.
Tampoco me mates a mi😂 lo he visto desesperado por verte.

Niego con la cabeza y bloqueo el móvil.

-¿Quieres algo de cenar, Hugo? - le digo levantándome a la cocina.
-Vale-sale y me giro a mirarlo.
-¡HUGO! - me giro de nuevo.
-¿Qué? Tengo toda la ropa mojada-sale con unos Calvin Klein rosas y descalzo-¿Me dejas algo?

Lo miro con los ojos abiertos por la pregunta y me río. Todo lo que tengo son pijamas rosas y seguro que le vienen súper cortos de mangas y camales. Lo miro de arriba abajo, ya no está tan delgado como solía ser hace tres años y ahora deja lucir bastantes músculos. Se nota que le da bien al saco. Me vuelvo a reír y me giro hacia la otra habitación.

-¿De qué te ríes?- me persigue- la madre que me trajo al mundo-dice cuando ve toda la habitación llena de ropa-pero, ¿tu utilizas todo esto?
-Sí-me río yendo a un mueble donde están todos los pijamas.
-Puedo quedarme así-me propone.
-Me sentiría más cómoda si te pusieras algo-lo miro pero lo cierto es que estoy aprovechando para observar de nuevo su cuerpo.
-Va, a ver que tienes en esa cajonera-se arrima, se pone de cuclillas a mi lado y mira el cajón.

Su brazo roza con el mio y yo miro a la derecha. Él se queda quieto y mira a la izquierda. Nos quedamos callados mirándonos a los ojos. Sus mejillas están coloradas y mi corazón va a mil.

-¿Qué te ha pasado en el labio? - señalo su boca.

El mira otra vez el cajón de los pijamas y coge uno que a mi me viene un poco grande.

-Me corté en Isla, en una bodega-se levanta y saca el labio inferior sacando morro-no me acuerdo, era muy pequeño.
-Baby Hugo travieso-sonrío-cambiate, te espero fuera.

Salgo y cojo unos Nachos y algo de salsas pero no guacamole, porque a Hugo no le gusta. Él sale al minuto y cuando lo veo, echo a reírme.

-Que guapa-le digo mientras me pone poses.

Life HaackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora