Culito.

1.4K 39 5
                                    

Hugo se levanta resaltado y yo me coloco bien el vestido y me incorporo para ponerme de pie. No sabemos lo que está pasando ni porqué está tan enfadado. Es muy pronto y hemos descansado poco.

-Os quiero a los cuatro abajo ¡YA! - da un golpe en la puerta de Hugo y desaparecen los tres.
-Joder, que ha pasado ahora. Quiero dormir-se queja poniéndose una camiseta y saliendo por la puerta.

Yo me pongo las zapatillas de estar por casa y persigo a Hugo. Me he asustado, si hubiera sido Mónica no estaría nerviosa, pero el padre de Hugo ya no vive aquí y solo lo he visto una vez en mi vida. Veo a Martina saliendo un poco desorientada de la habitación y baja detrás de mi. Vamos en fila India sin decir ni una palabra, cuando bajamos, Sebas esta de pie frente al comedor.
Todo está hecho un desastre. Las paredes manchadas e incluso el sofá roto.

-Nos vamos dos días a un viaje de trabajo. ¡DOS! Y cuando llega vuestra madre se encuentra con esto-señala el comedor-ha tenido que llamarme a las ocho de la mañana porque se ha quedado sin palabras-niega con la cabeza.
-Eh...
-Ni una palabra, Hugo-le corta su padre-vais a estar castigados el resto de vuestros días vosotros dos-los señala.

A nosotras tres nos ignora, como si no existieramos.

-Ellos no tienen la culpa-habla Mateo-yo fui quien organizó la fiesta-se culpa.
-Ah, ¿sí? ¿Y me quiere explicar como ha acabado un barril de ocho litros de cerveza dentro de la piscina? ¿Porqué están los gatos mojados?- levanta una ceja.
-No me acuerdo-niega-pero ellos no tienen nada que ver. Hugo y Abigail llegaron ayer súper tarde de Inglaterra, Ángela tampoco estaba hasta que llegó... - la mira y se extraña-¿Cuando llegaste?
-Ese no es el tema ahora-le interrumpe su padre-ahora mismo te vas a poner a recoger todo y a partir de hoy, estás castigado. Los demás podéis ir a dormir-nos exige.

Yo, aturdida, miro el comedor y me giro para irme a la cama. Hugo tiene la cara hinchada y se aprieta las sienes. No me hace falta preguntarle para saber que se encuentra mal, como le dije anoche.

-Va, que te ayudo, cabeza piña-empuja a su hermano para que empiece a recoger.
-Hostia, menudo catarro-se ríe Mateo.

Hugo lo fulmina con la mirada. Yo sonrío porque sé que Hugo trata de cambiar por su bien y por el de su alrededor. Ángela y Martina se suben, pero yo me quedo en la cocina con ellos, supongo que tres acabarán antes de dos. Pongo el lavabajillas, limpio los muebles por fuera y les hago un café caliente a los dos, a Hugo con un poco de miel para su garganta. Cuando hemos acabado miro el reloj, son las diez de la mañana, Hugo se pone detrás de mi y coge su taza.

-Gracias-besa mi mejilla y bebe un sorbo.

No necesito pensarme nada acerca de mi relación con Hugo porque, ¿Quién me va a cuidar mejor que él?

-No hay de que-le sonrío-bueno, yo cojo mis cosas y me voy a casa, ¿vale? Sería bueno que estudiara y tu también-digo señalando a Mateo.
-Sí, con la resaca que llevo voy a estudiar-chulea.
-No es nuestra culpa que te drogara alguien-levanta los ojos Hugo.
-Ya- dice Mateo con un hilo de voz-bueno chavales, yo me piro a la cama-dice yéndose.
-Seguro que no te vas por nada, ¿no? - dice Hugo cogiéndome por la cintura.
-No, necesito despejarme un poco de todo lo que nos ha pasado últimamente. Estoy saturada-le explico.
-Habrás visto y notado que Abril ya no está-sonríe.
-Sí- sonrío-me sabe mal, la pobre no sabía que hacer con su vida-miro a un punto fijo.
-Se acabará aclarando-asiente él- ¿nos vemos esta noche?- sonríe.
-Hugo-me aparto- necesito tiempo para estar yo sola-le vuelvo a explicar.

Él suspira porque se ha cabreado un poco, pero asiente. Le doy un beso en los labios, cojo mis cosas y me voy por la puerta. Cuando llego a la entrada niego con la cabeza y vuelvo a entrar.
No hay nadie por ningún lado asique subo a la habitación de Hugo. Llamo dos veces y sin que me responda abro.

-Espera-lo oigo decir, pero ya es tarde.
-Que haces-me rio.

Está desnudo cogiendo cosas y a mi me hace mucha gracia.

-Me voy a la ducha-sonríe.
-¿No te desnuda allí?- le pregunto sonriendo.
-No, porque me voy a cambiar de ropa-me explica.

Coge una toalla, se la pone en la parte de alante, se pone a mi lado y como siempre que hace eso, me acelero. Y todo el calor sube a mis mejillas. Él como lo sabe, todavía da un paso más alante para que mi brazo roce la toalla.

-¿Querías algo?- me dice con un hilo de voz.

Y da un paso más y me quedo entre la pared y él pegado a mi. Desnudo. Suspiro y cierro los ojos. Puedo notar su aliento en mi frente y su erección en mi estómago. Yo lo cojo por la cintura y hago que esos milímetros que quedaban entre nosotros se esfumen.

-No tengo coche-digo agitada bajando mi mano a su trasero.
-Pues duchate conmigo-me ofrece.
-Debo irme. Tengo muchos estudios atrasados, mi padre me puede matar-digo apartando mi mano.

Pero Hugo la coge y la vuelve a poner donde la tenía.

-Díez minutos-me intenta convencer.

Yo lo miro a la cara. Tiene las mejillas rojas y los labios hinchados, su pelo cae por su cara y su nariz taponada hace que resulte adorable.

-No van a ser diez minutos-sonrío.
-No-me afirma y se ríe.

Se agacha y me besa, y me presiona contra la pared. A veces me lo pone muy difícil, porque no puedo decirle que no, porque sabe que me encanta que haga eso. Y quiero irme a casa, pero no puedo, no quiero mejor dicho. No ahora sino dentro de "diez minutos" como dice él siempre.

-Guarros- dice Martina desde el otro lado del pasillo riéndose.

Hugo se asusta, salta y se tapa todo lo que puede y más con la toalla, siempre es muy pudoroso con las personas. Se pone las dos manos tapando su entrepierna y se va hacia el baño.

-Ese culito, Huguinche, que no me entere yo de que pasa hambre-se rie ella.

Él le hace un corte de mangas mientras en su cara muestra sarcasmo, luego se gira y me mira.

-Coge las llaves de Mateo, luego le diré que las has cogido. ¿Vamos hablando? - me dice serio.
-Te llamo esta noche-le doy un beso en los labios.

Hugo cierra la puerta y Martina y yo bajamos las escaleras.

-¿Me llevas a casa y hablamos?- me dice seria.
-Claro. No hay problema-le digo.

Vamos por la carretera, yo miro al frente y ella se mantiene en silencio esperando a como decirme lo que me tiene que contar.

-¿Y bien? - le sonrío.
-No sonrías, no-me dice sería.
-Si quieres lloro-le digo con un tono amargo en mi voz.
-Tía, me he liado con Edu.

Yo no oigo más, abro los ojos como platos, freno cuando miro que no viene nadie y la miro sería.
La madre que la trajo al mundo.

Hola hola!! Hacia tiempo que no publicaba dos días seguidos, pero he tenido tiempo y he aprovechado al máximo(espero mañana poder publicar el siguiente capitulo😁)

¿Qué os parece lo que ha hecho Martina?
¿La perdonará Miguel?
¿Qué opináis acerca de que Abi necesite un tiempo para estar sola? ¿Se habrá enfadado con Hugo?
A la última pregunta os respondo. NO, Abi no está enfadada con Hugo aunque sea un poco gruñona. Yo soy partidaria a pensar que todos necesitamos nuestro tiempo para pensar en todo, para disfrutarlo en soledad.
¿Vosotros que opináis? ¿Os gusta estar solos de vez en cuando?

Espero que os esté gustando, no os olvidéis de la 🌟 muchas gracias por leerme y por apoyarme. Dejad en los comentarios que os gustaría ver.

Besitos! Nos vemos pronto! ❤️

Life HaackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora