Estoy bailando, hacia semanas que no lo hacía y la verdad, lo echaba de menos aunque mis pies estén muriendo. La música suena alto, el sudor cae por mi espalda y el sol ya se ha escondido. Cuando acabo esta canción, mi profesora apaga la música y me mira.
-Eres espectacular-sonríe mientras aplaude con las manos-nos vemos mañana, acuérdate de masajear tus pies al llegar a casa si no quieres que te entren rampas-advierte con su voz dulce.
Cojo mi mochila y me voy a los vestuarios. Me ducho con agua caliente y pienso en todo lo que ha pasado en cuatro meses, quien diría que yo llegaría hasta este punto en el que tengo más vida social que antisocial.
Sonrío, apago la ducha, me enrollo la toalla en el cuerpo y salgo para secarme y vestirme.
Martina no ha vuelto a hablarme desde que se fue enfadada del restaurante y, sinceramente, yo tampoco voy a hablarle porque no considero haber hecho nada malo. Voy a dejar que pasen unos días más a ver si en frío, logramos hablar tranquilamente.
Hoy no he visto a Hugo, a penas he interactuado con él porque los dos hemos estado haciendo cosas, pero a mis últimos mensajes no me ha contestado. No quiero insistirle y que piense que soy una pesada, porque yo no soy así.
Me visto, arreglo cuanto apenas mi pelo y salgo corriendo al coche porque está lloviendo. Enciendo la música y empiezo a cantar al ritmo de la música.
He llegado a casa, me he puesto el pijama y estoy estudiando, pero no puedo concentrarme mucho, porque aunque Hugo y yo no somos dependientes, no le llegan los últimos mensajes que le he mandado y no sé si ha podido pasarle algo, asique entro en el teléfono y llamo a Mateo.-Sí- dice seco.
-Mateo, ¿está Hugo por ahí? No le llegan mis mensajes, ¿le ha pasado algo? - digo mientras, sin darme cuenta, muerdo una de mis uñas.
-Eh... - dice y entra el silencio incómodo en la conversación-sí, pero no puede hablar-me dice hablando muy rápido.
-¿Y eso? - levanto una ceja.
-Se ha dormido-me miente.De repente oigo a Mónica por detrás gritando, el teléfono hace un estruendo y lo aparto de mi oreja y de repente Mónica está en la línea.
-Abigail-me dice enfadada.
¿Qué está pasando?
-¿Sí? - digo con un hilo de voz.
-¿Puedes venir ahora mismo? - me dice y simultáneamente miro la hora.Son las diez y media.
-Es un poco tarde, ¿no? - digo un poco nerviosa porque no sé si quiero ir-¿ha pasado algo?
-¿Que si ha pasado? Hombre que si ha pasado. ¡YO HA ESTE NIÑO LO MATO- dice gritando desde el otro lado del teléfono.Y se que por esa expresión se refiere a Hugo. Y me espero lo peor. Hay otro momento de silencio y de repente Mateo vuelve a estar en la línea. Y a mí me están mareando.
-Abi, por favor, ¿te importaría venir? - me dice suplicando.
-Está bien, cojo las llaves y voy.Cuelgo y hago exactamente lo que he dicho. Con el pijama puesto y el pelo mojado, cojo las llaves y salgo al garaje.
Trato de escuchar música e incluso cantarla para tranquilizarme, pero lo cierto es que no lo hago. Porque no sé qué ha pasado y no sé qué me voy a encontrar cuando llegue, y eso no me gusta.
Estoy llegando a la entrada de la urbanización y me salta una llamada, es Daniela.-Dani dime, estoy llegando-le informo.
-Yo creo que es mejor que no vengas-dice sorbiendo por su nariz.
-¿Estás llorando? - digo sobresaltada.
-Ya no, pero da media vuelta y vete-me advierte.
-¡QUE NO QUIERO QUE VENGA! - oigo a Hugo gritando de lejos.
-¿Qué está pasando, Daniela? - digo mientras mi corazón se acelera.
-A lo hecho, pecho- oigo ahora a Mateo.
-Nada-dice Daniela para sacarme de mis pensamientos.
-Estoy yendo, ahora no voy a dar media vuelta-le explico-cuando llegue hablamos, ¿vale? - trato de tranquilizarla.
-Suerte-y me cuelga.
-Pero, ¿y esta niña? ¿Que narices está pasando?

ESTÁS LEYENDO
Life Haack
FanfictionMe llamo Abigail. Soy británica, aunque el trabajo de mi padre me obliga a menearme por demasiadas partes del mundo. Tengo una buena vida, no me puedo quejar. Soy bailarina, calculadora, muy exigente conmigo misma y sobretodo, estudiosa. Muy estudio...