¿Alguna vez algo te ha impactado tanto al punto de saber que eso cambiará tu vida?
Eso fue lo que me sucedió, por simple desgracia, por dicha... O por suerte.
Sea cual sea la razón, me llevó por caminos que nunca imaginé explorar, sacaron mi valen...
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Solo habla de él, se regocija tanto de sus logros, de su dinero, de las cosas que puede lograr si se lo propone y bla bla bla. Por supuesto que todas estas horas he estado como una chispa avivando el fuego de su ego, me ha hablado de cómo tan joven se puede triunfar en los negocios a pesar de no mencionar directamente a los dragones.
—Eso es sorprendente, Derek. —sonrío mientras apoyo mi codo en el respaldar del sofá.
Estamos sentados en la sala, el televisor está encendido brindándonos un ruido lejano que narra un partido de fútbol en directo, Derek no le presta atención, sus ojos están puestos solo en mí, y no niego que eso me pone nerviosa, pero creo que lo he disimulado muy bien.
—Lo sé. —sus ojos brillan.
Me acerco a él y acaricio con mis nudillos suavemente su mejilla, su piel es muy suave. Alejo mi mano y la paso por mi cabello.
—Necesito a una persona así en mi vida. Tu seguridad es venerable al igual que tu inteligencia. —suelto con facilidad.
Muerde su labio y entrecierra los ojos, analizándome.
—Podría compartir contigo eso, y hasta más. —susurra.
Un escalofrío recorre mi brazo, rápidamente me levanto del sofá y estiro mis brazos.
—Bueno, creo que ya he estado mucho tiempo acá, tengo cosas que hacer, ¿Nos vemos luego? —le tiendo mi mano para que la tome y se levante, espero que entienda claramente que quiero irme.
—Claro. —sonríe de lado y de un tirón se levanta, envuelve su mano en mi cintura y me atrae hacia él, choco con su pecho.
Su perfume me inunda, mi corazón late muy rápido y no es como lo siento con Fray, esto es miedo, miedo al ver cómo me sostiene fuerte queriendo pegarme mucho más a él, su respiración es pesada y de sus labios escapa un leve olor a whiskey. Pero, contra el miedo que siento, los nervios y esas estúpidas ganas de vomitar, enredo mis brazos en su cuello inclinando mi cabeza a un lado.
Su ceño se hunde divertido, no sé si mis nervios me están jugando en contra, pero siento que está intentando probarme. ¿A qué juegas, Derek?
—Pareces otra de la noche a la mañana, nuevo cabello, nueva ropa. —su mirada está apunto de penetrarme el alma. —Y hasta tu actitud, ahora vienes acá, me abrazas y no eres renuente.
Me suelta abruptamente, doy dos pasos atrás mientras mis manos comienzan a sudar.
—¿Que estás buscando? —pregunta y mi corazón parece haber estallado en mil pedazos.
Él sospecha, ¿Pero cómo, acaso es tan obvio?
Respiro profundo mientras lo miro a los ojos tratando de calmarme, no puedo dejar que este hombre siempre me ponga de los nervios.
—¿Que debería estar buscando, Derek? —doy un paso adelante. —Quizás cambié, ¿Tiene eso algo de malo? Es muy descortés de tu parte que me trates así luego de un rato tan agradable. —trato de parecer ofendida mientras me cruzo de brazos.
