Capítulo 6.

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Mi corazón se acelera en mi pecho al verlo ahí

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Mi corazón se acelera en mi pecho al verlo ahí.

¿Está loco o que le pasa?

¿Qué mierda hace aquí?

Tengo miedo.

¿Y si es un sociópata?

Joder, este tipo me está poniendo los nervios a flor de piel. Sí, definitivamente tenía razón al pensar en cuidarme de él.

Derek frunce el ceño y voltea a mirar hacia atrás, Fray rápidamente se cubre con la carta.

—¿Qué ves?

—Nada, es que nunca había probado un plato tan delicioso, quede anonadada. —es lo que respondo.

¿Debería decirle que Fray está aquí? Para él será normal, a la final Fray es tan callado y distante que dudo los demás sepan quién es realmente, pero ¿Lo sé yo?

Mi respuesta parece calmarlo y halagarlo.

—Te lo dije, linda.

No quiero que Derek vea a Fray y lo invite a la mesa, no lo soportaría.

—Y cuéntame, ¿Cómo adquiriste el restaurante? —pregunto manteniendo su atención en mí.

Lleva una mano a su barbilla y la rasca ligeramente.

—No es una historia complicada, mi padre tiene mucho dinero; le pedí prestado para montar un restaurante, quedo encantado y cuando el restaurante comenzó a dar dinero le pague.

—¿Tu padre es de Francia?

—Toda mi familia lo es, de hecho Abelard igual.

Miro sobre su hombro disimuladamente, Fray lleva un dedo a sus labios indicándome que guarde silencio, vuelvo a mirar a Derek disimulando.

—¿Quieres postre? —pregunta y me doy cuenta de que ha terminado de comer.

Niego con la cabeza.

—Mejor luego.

Veo como Fray se levanta de su mesa, deja unos billetes y sale del restaurante, la tensión acumulada desaparece y vuelvo a fijarme en Derek, está hablando con el mesero para pagar la cuenta.

¿Qué sucede con Fray? ¿Lo hace a propósito? Solo me asusta mucho cada vez que abre la boca. Me pregunto si acaso nos siguió hasta acá.

Derek le hace una seña al mesero con su mano para que se retire, este acepta sin decir palabra alguna alejándose.

—Espero que la hayas pasado bien.

Nos levantamos de la mesa; Derek se acerca a mí posando su mano en mi cintura mientras me guía a la puerta principal, la abre y se hace a un lado dándome paso para salir, caminamos a través de las barras de metal y el frío.

Subimos al auto y Derek comienza a conducir, nos vamos alejando poco a poco del restaurante, la noche está repleta de estrellas, las calles están vacías y el frío azota la ciudad sin ninguna contemplación.

Con todo y defectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora