Fray Mclaguen.
El sonido de la ambulancia sigue retumbando en mi cabeza, presente y latente. Mi corazón está acelerado y estoy intentado retener las lágrimas pero no puedo, lloro en silencio sentado en la sala de hospital.
La ambulancia llegó al edificio unos minutos después de que ella perdiera la consciencia y recuerdo vagamente haberla cargado y salir corriendo hacia la entrada, los vecinos se aglomeraban en el pasillo haciendo preguntas de los sonidos que habían escuchado, pero fui experto en ignorar todo con tal de llegar a la salida, en donde subieron su cuerpo débil y pálido a la camilla, yo subí con ella y estuve sujetando su mano en todo momento mientras la examinaban y demás, verla conectada a un respirador me rompió el alma.
Al legar al hospital corrí por el pasillo, quería estar con ella, pero no me lo permitieron. Así que estoy aquí, sentado en la sala con mis codos apoyados sobre las rodillas mientras temo que Avery se balancee entre la vida y la muerte. La imagen de su cuerpo sangrante y sus ojos perdidos jamás se irán de mi cabeza, estarán atormentándome por un largo tiempo.
Miro al frente, a la recepcionista atender llamadas y a los familiares de los pacientes dormir sobre los asientos, hay un ascensor a una distancia prudente de la recepción y observo cuando las puertas se abren, me pongo de pie en cuanto veo que salen Henry, mi padre y Tommy.
Robert es el primero en acercarse y extiende sus brazos hacia mí, voy hacia él y lo abrazo con fuerza, escondiendo mi cabeza en su cuello mientras mi pecho se tensa y yo me dejo llevar, derramando un mar de lágrimas en su hombro.
—No sé nada de ella, papá... Pero se veía tan mal de camino al hospital... Ella estaba pálida, sin vida... —sollozo y cierro los ojos, Robert me abraza con más fuerza.
—Va a estar bien, es terca; va a aferrarse a la vida. —en sus palabras, a pesar de que noto que intenta darme aliento, noto que también se los está dando él mismo. —Es Avery Morgan. Va a salir bien de esta.
Siento que ponen una mano sobre mi hombro y abro los ojos, me separo de Robert y veo el rostro magullado y la sonrisa cerrada de Henry, es una sincera.
—Robert tiene razón. Se va a recuperar, no importa lo grave que sea. —alienta Henry.
Realmente quiero creerlo, no quiero perder esperanzas, pero recuerdo la cara del médico al verla y no era nada alentadora. Era pánico total por la vida que se estaba yendo.
Avery lo hizo por mí, y estoy molesto con ella... Pero agradecido. Mi princesa se sacrificó a sí misma por esta guerra que ya ganamos. Ella es el verdadero héroe de esta historia. Todos tenían tanto miedo de actuar y tenían dudas, pero ella no hizo caso, Avery actuó y nos sacó a todos del infierno de los dragones.
—¿Derek? —es la única palabra que puedo mencionar entre mi desesperación por Avery.
Los ojos de Robert se oscurecen.
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Con todo y defectos
Romance¿Alguna vez algo te ha impactado tanto al punto de saber que eso cambiará tu vida? Eso fue lo que me sucedió, por simple desgracia, por dicha... O por suerte. Sea cual sea la razón, me llevó por caminos que nunca imaginé explorar, sacaron mi valen...