¿Alguna vez algo te ha impactado tanto al punto de saber que eso cambiará tu vida?
Eso fue lo que me sucedió, por simple desgracia, por dicha... O por suerte.
Sea cual sea la razón, me llevó por caminos que nunca imaginé explorar, sacaron mi valen...
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El baño es hermoso, amplio y con una decoración muy moderna; hay un jacuzzi al final lleno de agua, se ve tan tranquila que una sensación relajante me envuelve. Camino al gran espejo que hay en el baño y tomo el peine que descansa ahí, comienzo a cepillar mi cabello.
Mis mejillas están coloradas y mi piel tiene un tono diferente que me hace lucir bien; giro sobre mi eje para observar a Fray, él hace lo mismo con la cabeza ladeada; trago grueso al darme cuenta de que sigo desnuda, y eso... Mierda, me hace sentir tan bien con él, no puedo describirlo, pero cuando llegas a este paso con alguien todo es distinto, la confianza crece mucho más.
Es tan hermoso, todo un sueño hecho realidad.
Dejo el peine en el lavamanos y camino hasta él, enredo mis brazos en su cuello y comienzo a besarlo, su cuerpo emana un calor agradable que abraza al mío.
Su piel desnuda contra la mía es todo lo que está bien en el mundo.
Me alza y envuelvo mis piernas en su cadera mientas camina al jacuzzi, sube las pequeñas escaleras y entra, con una facilidad increíble se sienta conmigo encima y apoya su espalda en una esquina; el agua está tibia y cubre la mitad de mi pecho mientras él no deja de observar mi rostro, el reflejo del agua ilumina su rostro.
Aparta un mechón de cabello de mi rostro y sonrío, él hace lo mismo con pereza.
—¿Quieres poner música? —me pregunta roncamente, despertando de nuevo el cosquilleo en mi vientre.
Asiento con la cabeza y saca su brazo del agua, toma el control que descansa en una mesa alta no tan lejos de nosotros y me lo extiende, lo tomo, enciendo la pantalla del televisor y me quedo pensativa unos segundos decidiendo que canción poner hasta que recuerdo algo y, sonriendo pienso que es una buena elección.
Dejo el control de nuevo sobre la barra girándome hacia Fray, el lugar se llena del delicioso ritmo de Our First Time de Bruno Mars. Fray me sonríe y me regocijo de felicidad al saber que lo recuerda, es la canción que sonó en el auto aquel día, y es la misma que va muy bien para lo sucedido esta noche.
—Interesante canción. —dice acariciando mi trasero.
—Lo es, ¿Verdad?
Ríe y su pecho se sacude. Me encanta estar así con él.
—¿Es tu cantante favorito? —me pregunta pasando una mano por su cabello, muerdo mi labio inferior por lo hermoso que se ve. —Señorita Avery, deje de verme como un pedazo de carne.
Río e inclino la cabeza hacia atrás, salto cuando me muerde un pecho y lo empujo ligeramente volviendo a verlo, me sonríe abiertamente.
—Me gustaba su música, pero, si, ahora puedo decir que es mi cantante favorito.
—¿Ah sí? ¿Por qué? —arquea una ceja con fingida curiosidad.
