Tres días después.
Han pasado días desde mi intromisión silenciosa a la oficina de Derek, y aunque he estado con las ansias disparadas por saber qué se ha podido hallar en la lista, no he tenido absolutamente nada de tiempo para visitar la CDAS. Los preparativos de la boda me consumen día tras días, y Derek se encarga de arreglar todo estratégicamente para que así sea, organiza mi propia agenda, mis horarios, lo que haré y lo que no, me mantiene prisionera y hasta ahora puedo decir que el único contacto que tengo con la CDAS, es Henry. Estoy aislada del resto del mundo a no ser que se trate sobre las flores que van a decorar los rincones en la boda, y resulta ser totalmente deprimente sentirme inservible. Siento como si los agentes me hubiesen dejado con el enemigo y ellos siguieran allá afuera, haciendo todo lo posible por vencer mientras yo resulto solo una distracción, y aunque sé que no tiene que ser así, es del modo en que mis sentimientos se expresan y no hay nada que yo pueda hacer para controlarlos.
Henry ha estado estos días a mi lado, cuidándome en su imponente traje de guardaespaldas y escondiendo tras ese porte de malote los buenos sentimientos que tiene, me ha escuchado incluso cuando yo no quería que lo hiciera, y cada consejo que sale de su boca lo acepto por completo. Él sabe de la llamada de Fray hace días... Esa que me dejó llorando pero también agonizando de valentía, Henry cree que lo mejor es perder el contacto, al menos por ahora, y yo estoy totalmente de acuerdo. No se admiten distracciones... ¿No? Cada vez que Henry aparece en la mansión, no puedo evitar suspirar o tratar de hallar un vestigio del olor de Fray tatuado en su ropa, porque sé que también lo visita a él y probablemente le diga lo mismo que me expresa a mí: "Es mejor que no estén juntos hasta que todo se termine" Pero cuando todo termine, ¿Seguiremos siendo Avery y Fray contra el mundo? No lo creo. El amor es fuerte, claro que sí, pero hasta la fuerza más grande flaquea y puede convertirse en miedo.
Suspiro abrazada a mí misma, observando una flor morada que brilla gracias al sol que se filtra por las ventanas, estamos en una florería eligiendo la decoración de flores de ese día, a pesar de que aún no decidimos concretamente el lugar, sospecho que será el primero que visitamos, ninguno ha hecho que los ojos de Fabiana brillen tanto como cuando lo vio.
—¿Qué opinas de estas? —salto cuando Fabiana llega a mi lado, ella me observa y frunce el ceño. —Avery, has estado demasiado distraída en cada cita con la planeadora de bodas. —agrega y su tono de voz se endurece, como un reclamo.
Ni siquiera he sido capaz de disimularlo. Carajo, cada día siento que fracaso más y más.
Miro a la entrada, Henry está parado frente a la puerta del exterior junto con los otros guardaespaldas, no han entrado con nosotras. Hay cinco filas de flores aquí dentro, no hay ni un pedazo de tierra en el piso de madera y la decoración es cálida, nada extravagante, el sol se filtra dentro y el calor se siente asfixiante.
—Lo siento, he tenido algunos roces con Derek que me tienen pensativa. —le respondo dándome de víctima, bajo la mirada y simulo pesar.
Si he tenido roces con Derek, eso es lo más normal del mundo entre él y yo, pero no es eso lo que me tiene así. Es todo. Es saber que los días avanzan, que la lista parece no ayudar y que la boda cada vez está más cerca que ayer, hasta que llegue el día en el que esté de pie frente al cura con Derek a mi lado.
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Con todo y defectos
Romance¿Alguna vez algo te ha impactado tanto al punto de saber que eso cambiará tu vida? Eso fue lo que me sucedió, por simple desgracia, por dicha... O por suerte. Sea cual sea la razón, me llevó por caminos que nunca imaginé explorar, sacaron mi valen...