Remuevo mis piernas en la cama gruñendo, estoy despertando y sinceramente no quiero hacerlo, puedo sentir los rastros de mi sueño evacuarse y junto a el, una sonrisa de labios rojos y un par de ojos azules que me observaban como lo mejor del mundo. Fray. Fray está en mis sueños y por eso no quiero abrir los ojos y despertarme con la realidad que de a poco, comienza a esclarecerse.
—Despierta. —murmura una ronca voz en mi oído, seguidamente, siento un apretón en mi seno derecho.
Giro sobre mi espalda y abro los ojos, no del todo consciente aun, pero lo suficiente para sentir los besos húmedos impartidos en mi cuello.
Es Derek.
Derek es quien me besa y aprisiona mi pecho.
Los ecos del sol se mezclan en la habitación y vuelvo a cerrar los ojos, apretando mis manos en puños y contrayendo los dedos de los pies, su toque me produce repulsión y mi cuerpo no le responde.
Su pulgar amasa mi pezón sobre la tela del camisón de dormir, y siento su dura erección en mi pierna, Derek sigue besando la piel de mi cuello y roza su nariz acompañando el ataque, un escalofrío me recorre y me siento de inmediato, mareándome en el proceso.
Veo que ambos estamos envueltos en una blanca cobija suave, mis ojos recorren las piernas desnudas de Derek, está solo en ropa interior y no tarda en incorporarse de lado, apoyándose de su codo.
Veo su rostro, parece que lleva despierto vario rato ya, sus ojos verdes están fruncidos y las arrugas de su frente aparecen, como siempre que algo le molesta y se materializa en su expresión facial. Probablemente, no le ha gustado mi desplante; pero a mí no me ha gustado su trato ni la manera tan descarada de tocarme luego de todo lo que hizo ayer. Además, mi cuerpo, mi mente y mi alma no se encuentran aún listos para sentir sus manos, no me he armado de la fuerza necesaria para hacerlo cuando tan solo ayer, eran otras las yemas que se paseaban por mi piel con cariño y ternura. Es como estar en la luz y que de repente la apaguen, dejando todo en absoluta oscuridad, toma tiempo reconocer las sombras y convivir con ellas.
—Buenos días, Derek. —digo, mi voz sale ronca y con el toque de sarcasmo que quería. —Anoche cuando fui a dormir, no estabas aquí. —agrego. Anoche, cuando descansé, él no llegó a la habitación.
Derek toma una respiración profunda y sin vergüenza alguna guía la mano a su erección y la soba sobre la tela, aparto la mirada hacia su rostro de inmediato, sintiendo las mejillas calientes y la incomodidad acrecentarse.
Los rubios mechones de Derek están desordenados, él trata de ponerles una sola dirección al pasar su mano por estos. Por fin termina de sentarse, encogiendo las piernas en dirección a su pecho y estirando los brazos tras su espalda como soporte. Una pose muy relajada.
—Sí, pero decidí venir a dormir contigo. ¿No querías eso, una buena relación y tal? —responde con aburrimiento, como si lo que le dije ayer fuera algo para tomar a la ligera.
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Con todo y defectos
Romance¿Alguna vez algo te ha impactado tanto al punto de saber que eso cambiará tu vida? Eso fue lo que me sucedió, por simple desgracia, por dicha... O por suerte. Sea cual sea la razón, me llevó por caminos que nunca imaginé explorar, sacaron mi valen...