—Te veo más tarde. —dice Tommy y besa mi frente, bostezo y él me regaña con la mirada.
—Ya sé, ya sé, no es necesario que me lo repitas. —le digo con cansancio.
Suspira y pasa la mano por su cabello.
—Descansa, Avery. —gira sobre sus talones y se va.
No es suficiente lo poco que descansé para estar conectada con mis sentidos, y si yo me siento así, no imagino cómo estará Derek. Eso me hace reír pensando en que se lo merece por cabrón.
Me levanto del sofá en cuanto Tommy cruza la puerta y camino por el pasillo en busca de Fray. Anoche llegó tarde, recuerdo que abrió la puerta de mi habitación un segundo para observarme, sonreír y salir de nuevo; pero estaba tan cansada que mi cuerpo no cedió para levantarse e ir tras él.
Abro la puerta de su habitación, entro y frunzo el ceño al no encontrarlo, la decepción me cruza el pecho al pensar que se fue hasta que siento la presencia de alguien más detrás de mí, giro y esbozo una sonrisa cuando lo veo.
Lleva una toalla gris alrededor de la cadera y el cabello húmedo, gotas frescas de agua se deslizan por sus brazos y abdomen. Me lamo los labios y él me sonríe abiertamente.
—¿Buscabas algo?
—A ti. —digo y camino hasta que la punta de nuestros pies chocan.
Me pongo de puntillas y lo beso, Fray me sigue con lentitud y me comienzan a temblar las piernas.
Me alejo cuando me falta el aire, observo el color vivo y brillante de sus ojos azules y solo eso basta para ahogar un suspiro.
—¿Estuviste muy ocupado? —le pregunto y tomo asiento al pie de la cama.
—Un poco, —responde y busca una toalla para sacudir su cabello. —te dejé mensajes, ¿Por qué no respondías? —su pregunta es curiosa, no oculta un reclamo tras ella.
Paso la lengua por el interior de mi mejilla y él abandona la tarea de secarse el cabello para fijarse en mí.
—¿Pasa algo, bonita?
Dejo salir el aire derrotada y asiento con la cabeza.
—Derek me ha puesto a cargo para recibir un cargamento de droga. —omito la parte en donde confesó que quiere... Mantener sexo conmigo.
—¿Que Derek qué? —espeta molesto.
—Es un idiota... Pero yo he aceptado.
En cuanto digo eso me observa fijamente y tensa la mandíbula.
—Avery... —comienza con reproche pero lo corto y me pongo de pie.
—Piénsalo, es una oportunidad grandiosa para demostrarle mis agallas. Él mismo me lo dijo, es una prueba, según él por mi mal comportamiento, pero yo quiero callarlo, quiero que sepa que sí puedo. —explico con la esperanza tildando mis palabras.
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Con todo y defectos
Romance¿Alguna vez algo te ha impactado tanto al punto de saber que eso cambiará tu vida? Eso fue lo que me sucedió, por simple desgracia, por dicha... O por suerte. Sea cual sea la razón, me llevó por caminos que nunca imaginé explorar, sacaron mi valen...