Henry, quien se ha cambiado de ropa a algo más casual y acorde al papel que cumple con los dragones, me lleva a la mansión de Derek. La verdad no tenía idea de cómo volver, pues no quería llamar al chófer o peor aún, a Derek; así que Henry amablemente dejó lo que estaba haciendo y ahora conduce una camioneta negra con otra placa inexistente.
Estoy hundida en mi asiento observando por la ventana, con el cabello hecho un desastre y con la sensación de sentirme sucia, al revisar la hora en mi celular veo que son las 10:00 a.m., temprano en la mañana y yo ya he cometido un error que me provocó un orgasmo. Suspiro cerrando los ojos y dejo que mi espalda caiga contra el asiento; incluso me siento avergonzada con Henry, primero, lo llamo borracha y luego lo intersecto en el pasillo con una actitud nada amable o profesional solo para terminar haciendo otra de las cosas que no debo.
Odio sentir que no tengo el control de las cosas, pero ahora, siento que no tengo el control de mí misma. ¿Qué hago con eso?
—Lo siento. —murmuro y me paso la mano por el rostro. —Por llamarte ebria a que me recogieras, por lo grosera que fui, y, bueno, porque tuvieras que dejar el trabajo tirado para llevarme a casa de Derek.
Henry me observa de reojo y sonríe, luego vuelve los ojos a la carretera y se encoge de hombros, restándole la importancia que yo sé que en definitiva tiene.
—¿Sabes que Derek también es parte de mi trabajo, no? Así que no te preocupes. Me beneficia dejarte allá, así podré ver algunas cosas.
—Pueden contar conmigo para lo que sea que necesiten.
Henry guarda silencio un largo rato. Entonces vuelve a hablar.
—¿Podrías entrar al despacho de Derek?
—Sí, claro que puedo. ¿Pero para qué? —me acomodo mejor en el asiento para observarlo.
La luz que se cuela por los ventanales lo ilumina a él y a mí por igual, la ráfaga de viento nos azota cuando comenzamos a pasar por el puente de San Francisco, y el aire contaminado de un olor a brisa fresca me pule los pulmones.
—El grupo que se encarga de los delincuentes internacionales ha sabido de nuestro caso, descubrimos que en muchos países Derek está siendo buscado, su identidad, al parecer, no es tan anónima. No lo han apresado porque saben que eso desataría una guerra y que, aparte, no serviría de mucho si queremos acabar con los dragones azules de raíz. —asiento en comprensión, esto no es algo que no supiera ya. —Derek tiene aliados, los más recientes...
—Los jefes de la mafia china. Si, lo sé. —completo, Henry se lame los labios, tamborilea los dedos en el volante y asiente con la cabeza.
—Este grupo nos ha propuesto una estrategia que por ahora puede ser lo único que nos funcione de una manera rápida. Necesitamos una lista de todos sus aliados, ellos se encargarán de apresarlos uno por uno, ¿Para qué? Para que poco a poco no tenga con quién contar, sabemos que grandes negocios se han hecho realidad gracias a ellos, ¿Y qué pasaría si estos desaparecen?: Los dragones azules se volverían más vulnerables día con día. Es como ir despejando el camino hasta llegar al volcán. Atacar a Derek, Abelard, Patrick y Fabiana se volvería más fácil dentro de lo que cabe. Un negocio que cae, es igual a un líder débil.
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Con todo y defectos
Romance¿Alguna vez algo te ha impactado tanto al punto de saber que eso cambiará tu vida? Eso fue lo que me sucedió, por simple desgracia, por dicha... O por suerte. Sea cual sea la razón, me llevó por caminos que nunca imaginé explorar, sacaron mi valen...