Destino o Casualidad - jhs & myg

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HoSeok estaba leyendo una novela policial, recostado sobre el sillón de la sala, cuando oyó el timbre del departamento sonar. Pensó en que quizás algún vecino necesitaba algo, así que dejó el libro a un lado y se levantó para abrir la puerta, sin embargo, no esperaba ver a dos omegas observándolo en silencio.

—¿Hyung? ¿JungKookie? ¿Qué hacen aquí?

—¿Estás ocupado? —le preguntó YoonGi descaradamente. Negó sin dejar de lado la sorpresa en su rostro—. Perfecto.

Y sin más, lo apartó de la puerta con un ligero empujón, dándose paso al interior del lugar junto a su hermano, al que todavía tenía agarrado de la muñeca.

Desde la primera cita a solas, YoonGi había agarrado la costumbre de buscarlo a cada momento, tomando su mano u olfateando su aroma, permitiéndose disfrutar de él, tampoco le impedía abrazarlo o marcarlo suavemente. A pesar de ello, no pudo evitar sorprenderse al verlo en el departamento, era entrar a la cueva del lobo para ser cazado, o lo sería si no estuviera JungKook.

Por otro lado, la explicación a su nueva conducta era simple, en aquel momento,  lobo y humano se vieron totalmente vulnerables por HyunWoo, su raciocinio se nubló impidiéndoles defenderse y ver como el alfa los protegía sin dudarlo les dió la seguridad que necesitaban, o al menos la que necesitaba YoonGi para confiar completamente; podía tener a su instinto el cual argumentaba que jamás sería lastimado por el menor, pero era insuficiente para el lado racional que gobernaba en su cabeza, es por eso que seguía rechazando ciertos detalles que le brindaba el alfa. Pero desde que lo sostuvo en sus brazos, escuchándolo, otorgándole mil y un caricias que calmaron todas sus penas e inseguridades, no pudo resistirse más a entregarle su corazón, sabiendo perfectamente que HoSeok había hecho lo mismo desde el momento en el que lo vio.

El lobo alfa aulló, sacándolo de sus pensamientos.

Cerró la puerta volviendo al interior.

YoonGi se hallaba echado sobre el sillón que antes estaba ocupado, con el libro en las manos mientras lo curioseaba interesado.

JungKook permanecía de pie mirando todo a su alrededor, pero sin apartarse del lado de su hyung, tímido de invadir el territorio del alfa.

—¿Quieren algo de beber o comer?

—Yo un vaso de bebida. ¿Y tú, Kookie?

—Estoy bien, gracias.

Hoseok asintió sonriente, yendo hasta la cocina para cumplir con el pedido de su pareja, seguido de una suave esencia a lavanda.

—¿Sucede algo? —le preguntó al menor dándose la vuelta, observando como jugaba con sus dedos.

—Quería pedirle perdón —murmuró bajito—. Apostaría a que hyung nos trajo aquí sin preguntar y no está bien.

—No tienes porqué preocuparte. No tengo ningún problema en recibirlos. Además, sólo leía un poco, así que no es como si hubieran interrumpido algo importante.