Destino o Casualidad - jhs & myg

17

HoSeok se lanzó sobre él antes de que pudiera cerrar la puerta. Lo acorraló contra la pared más cercana, besando su cuello sin parar y restregándose contra su cuerpo en el proceso. YoonGi tenía miedo, sus instintos le gritaban que debía dejarse llevar, que lo único que importaba en ese momento era que el alfa lo tomara hasta dejarlo preñado, pero no lo quería, deseaba terminar sus estudios, sacar una carrera y recién formar una familia, no quería echar todo a perder solo porque su omega era un lobo hormonal en periodo de celo.

Trató de reunir fuerzas, pero sus piernas estaban como gelatina y los brazos en vez de apartar al menor, rodeaban su cuello atrayéndolo todavía más.

Lo único que pedía en ese momento, era no tener sexo y menos ser marcado.

El alfa tomó sus muslos levantándolo hasta que sus piernas rodearon su cadera, olfateó con desesperación la habitación del mayor y casi corrió hacia ella, depositándolo con desesperación sobre la cama.

YoonGi ya no podía controlar sus acciones ni pensamientos, el omega había tomado el control entregándose por completo al celo. Sus manos se movían quitándose la camisa y gimió ansioso cuando el lobo apretó sus glúteos. Fue solo al sentir unos dedos traviesos rozar su rosado anillo que volvió en sí.

YoonGi temía perder su virginidad, le daba miedo que fuera doloroso y sin su consentimiento, y lo que menos existía en el celo era el consentimiento de la parte humana. Su padre siempre le había enseñado que de las cosas más valiosas que poseía un omega era su pureza, y no debía ser entregada por nada del mundo en una ocasión cualquiera o por un mero celo.

Aprovechó aquel momento de lucidez para morder fuertemente el labio del menor. HoSeok se apartó de inmediato, gruñendo enojado, YoonGi se encogió en su lugar, tanto por el gruñido como por un nuevo calambre.

La mordida parecía haber hecho el mismo efecto en el alfa, después de unos momentos pareció más tranquilo —aunque aún muy agitado— y sus ojos volvían a adquirir una tonalidad normal.

—¿Hyung, qué...? —olfateó el aire, cubriéndose la nariz de inmediato, retrocediendo hasta chocar con la pared—. ¿Qué sucedió?

—Nos dejamos llevar por mi celo y casi lo hacemos... Como sea, debes irte. —YoonGi se sorprendió al no tartamudear, estaba temblando de pies a cabeza, todo su cuerpo ardiendo por volver a tener contacto con el alfa.

–¿Qué? Mierda.. Lo siento mucho, hyung, no sé qué me pasó y-...

—¡Ya vete!

HoSeok asintió corriendo hacia la salida. Cerró la puerta y se alejó rápidamente de la casa, sintiendo a su lobo arañar en su interior por volver con el omega y calmar su celo.

Apretó la mandíbula, negando fuertemente con la cabeza, no debía ceder ante el animal otra vez. Debía ir a casa y tomar un supresor lo más pronto posible.