Destino o Casualidad - jhs & myg

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YoonGi observó su alrededor, entre los brazos de un HoSeok ya vestido, al igual que él. Su alfa lo tenía sobre su regazo, mientras contestaba las preguntas que le hacía, sin dejar de lamer la reciente marca.

—¿Dices que vinimos aquí para que hicieras el contacto?

—Ajá.

—¿Y que estuviste con tus padres todo este tiempo?

—Sí.

—¿Y que según tú, yo ya me había muerto?

—No me recuerdes eso —le pidió dejando su cuello—. Me duele pensar en el hecho de que pudo pasar de verdad. Gracias a la Luna que NamJoon y Jin hyung me despertaron del trance.

—Claro, como a ti no te hace efecto la voz de mando —dijo travieso, sonriendo cuando el menor soltó un gemido lastimero, mirándolo, pero él continuó viendo al frente—. Pobre de mí, pidiéndote que pararas y no lo hiciste.

—Tenías que reaccionar, hyung —se excusó sin dejar de hacer ojitos de perrito mojado—. Perdóname, no seas malo.

El omega soltó una risita, volteando para unir sus labios, separándose antes de tiempo.

—Habrá besos más cortos como castigo. —determinó seriamente sin dejarse aplacar por sus pucheros.

—Está bien —YoonGi se acomodó sonriente, escondiéndose en el cuello del menor—. No, hyung. Siéntate bien, debo seguir limpiando la herida.

—Ya lo harás después —Su alfa no lo dejó, colocándolo como antes—. Hobi malo.

—Es necesario —le explicó—. Mi lobo me dice que debo impregnar bien nuestro aroma en ella, además de que así no se va a infectar.

—Estoy cansado —soltó berrinchudo como un niño pequeño. HoSeok sonrió—. Quiero dormir y dormir hasta cansarme y tú no me dejas. Malo...

La puerta se abrió entonces y YoonGi se asustó, dejando su berrinche de lado y refugiándose en el pecho de su alfa. El menor miró a la anciana, aguantando el gruñido que quiso soltar al percibir el miedo en su pareja.

—Es usted...

—Así es, cariño. Me alegra ver que todo salió bien. Tu omega es muy hermoso, por cierto.

El chico ya no estaba oculto, pero no reconocía a la mujer, se mantenía en silencio mirándola.

—Mi amor, ella es quien me ayudó a conectar nuestras almas. Es una buena persona, no te hará daño -le aseguró, sin embargo, Yoongi se mantuvo igual— ¿Hyung?

—Déjalo —le pidió suavemente—. Me está analizando. Se asustó al principio porque pensó que podía ser alguien dañino para él, pero ahora ha de verme como una amenaza.

—¿Amenaza?

—Porque soy omega. Cree que le quitaré a su alfa.

—¿Qué?