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JungKook observaba a ambos chicos con curiosidad, se habían sentado cada uno en un sillón distinto, prefiriendo mantener las distancias hasta que terminaran de aclarar todo

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JungKook observaba a ambos chicos con curiosidad, se habían sentado cada uno en un sillón distinto, prefiriendo mantener las distancias hasta que terminaran de aclarar todo.

TaeHyung tenía los libros en las manos, pero no decía nada, mientras que JiMin evitaba mirarlos, sonrojándose cuando por error chocaba sus ojos con los del omega.

El menor sabía que el tiempo era limitado, si bien HoSeok podía entretener a su hermano no sería por mucho, y aún así debía volver a casa antes de que fuera demasiado tarde.

Torció los labios al ver que el alfa no parecía querer decir nada.

Pensó en que haría YoonGi en su lugar. El mayor siempre había sido muy directo, diciendo lo que pensaba sin ningún filtro, yendo al punto sin darse vueltas, confiando plenamente en que era lo mejor para todos. Quizás era eso lo que necesitaban.

-Hyungs... -habló llamando la atención de ambos-, quedándonos sentados no solucionaremos nada.

Tomó un libro del regazo de TaeHyung, buscando la página exacta mientras que la pareja lo miraba en silencio.
Una sonrisa adornó su rostro cuando encontró lo que quería, sonrisa que provocó mariposas en los dos espectadores, JiMin frunció el ceño mientras que el alfa soltó un suspiro enamorado.

JungKook comenzó a explicar todo con lujo de detalles, la historia de los dos alfas que marcaron a la misma omega, la teoría de los tres destinados, el porqué era de aquella casta siendo hijo biológico de padres betas, y para finalizar, le dio la prueba de que lo que decía era cierto.

-Hyung, sé que te sientes dolido por el beso, yo también me sentí mal cuando supe que eras su novio, pero necesito que escuches a tu lobo. Céntrate en lo que siente él, no tú. No digo que lo que diga tu corazón esté mal -agregó al verlo hacer una mueca-, sino que debes seguir tu instinto para comprobarlo todo.

JiMin lo miró dudoso, pero se sentía débil ante su mirada de cachorrito.

Asintió cerrando los ojos, prestándole atención a su lobo por primera vez en días, el omega estaba tranquilo, sereno, ni cerca de preocuparse por tener que compartir a su pareja, e incluso algo ansioso por mezclar su aroma con aquella esencia de lavanda.

Se sonrojó ante la idea, regañándolo para sí antes de abrir los ojos, observando a los menores que lo veían con duda.

-¿Y bien...?

-Tenías razón. Él te acepta -JungKook sonrió feliz, dando pequeños aplausos emocionado, sin embargo, se quedó quieto al ver que ninguno de los dos lo acompañó-. Él te acepta..., pero yo no.

-¿Q-Qué?

-No puedo hacerlo. No te conozco, con suerte sé tu nombre, pero nada más. No puedo simplemente...

-JiMin-ah...

-Déjame hablar, Tae -le pidió dándole una mirada rápida-. Se nota que eres un buen chico y lo que menos quiero es lastimarte, ni intervenir en tu felicidad.

Destino o Casualidad - jhs & mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora