Destino o Casualidad - jhs & myg

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JungKook observó destrozado a su hermano en la cama de sus padres, seguía durmiendo, con el rostro totalmente en paz debido al sedante en su cuerpo. JiMin lo había convencido de llamarlos, mientras más pronto supieran del estado de su hijo, más pronto podrían buscar juntos una solución.

Después de contactarlos, no tardaron más de media hora en llegar a la casa de NamJoon, subiendo hasta su habitación para ver a YoonGi. Jeonghyun fue el primero en acercarse, sintiendo como su lobo aullaba desesperado por la atención de su cachorro, su esposa también fue hasta él, sin comprender nada, en la mañana su hijo les había sonreído como siempre antes irse al instituto con su hermano y ahora estaba en cama, inconsciente, con la piel pálida y su omega desapareciendo.

La madre de NamJoon llegó poco después y los puso al tanto de la situación, ninguno de los jóvenes tenía el valor de repetir las palabras del médico. JoonHee tuvo que contenerse para no ir a buscar al afa y hacerlo pagar por todo, se quedó junto a su esposo e hijos, sintiendo como su familia se estaba cayendo a pedazos con la nueva noticia.

Ninguno de los Min quiso permanecer ahí, para ellos era esencial llevar a YoonGi a su casa, donde pudieran hacer un nido adecuado a ver si eso lo ayudaba. Agradecieron a la familia y tomaron la situación en sus manos, sin embargo, ni Namjoon, TaeHyung o JiMin quisieron hacerse a un lado y la señora Kim tuvo que intervenir, explicándoles que aquel momento debía ser sólo de ellos, para que pudieran reforzar el vínculo familiar y darle un poco de estabilidad al omega, los jóvenes aceptaron a regañadientes. JungKook les prometió noticias a cada uno antes de subirse al vehículo de su madre e ir a casa.

En ese momento se encontraba frente a su hyung, acostado de lado mientras soltaba gimoteos tristes, esperando una respuesta a sus llamados. Su padre, detrás de YoonGi, liberaba feromonas de amor y cariño, abrazándolos, brindando suaves caricias en el cabello a su cachorro más joven, al mismo que impregnaba su aroma en el mayor. La alfa se hallaba abajo, en la sala, contactando a todos los médicos posibles, explicándoles la situación y exigiendo una respuesta, sin embargo, cada especialista le decía lo mismo al final, que sólo su pareja destinada podría salvarlo.

JungKook ya estaba dormido con lágrimas secas cayendo por sus mejillas cuando la mujer entró.

—¿Y bien? —preguntó el omega incluso conociendo la respuesta.

—Nada —susurró sintiendo su pecho doler, la angustia de su pareja combinándose con la suya. Se acercó, acostándose detrás de su hijo menor, besando su cabeza con cariño—. Todos concluyen lo mismo. Sin él, morirá.

Jeonghyun sollozó mordiendo su labio, mirándola con súplica.

—No sé qué haré si eso sucede, JoonHee. Es nuestro hijo, nuestro cachorrito, nuestro YoonGi. Si él se va, perderemos parte de nuestro cielo, jamás volveríamos a estar completos.

—Lo sé, mi amor, lo sé —murmuró derramando una lágrima traviesa—. Pero no te preocupes, buscaré otra forma de ayudarlo. Lo salvaremos, te lo juro.