Destino o Casualidad - jhs & myg

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El omega de Namjoon gruñó disgustado, tentando al humano por cuarta vez a empujar a la chica dentro del estanque en donde estaban los cocodrilos. Ya habían pasado por dos especies de serpientes venenosas y por los leones, en cada uno el lobo lo incentivó a darle un empujoncito. Según él, nadie la extrañaría. 

A un par de metros, Seokjin lo observaba sin saber cómo aproximarse. La cita estaba siendo un completo desastre desde el principio, ¿y cómo no? Si tenían a Akina de mal tercio contra el deseo de ambos. Luna. El mero hecho de recordar el rostro de su pareja cuando le contó que los acompañaría al zoológico le ponía los pelos de punta. Nunca antes lo había visto tan enojado como en aquel momento, y para que Namjoon se molestara era necesario una catástrofe a nivel mundial. 

Para empeorar las cosas, la chica no paró de ordenarle en todo el camino que la llevara con Hoseok, sacándolo de sus casillas. Seokjin la amenazó con tirarla del auto si no se callaba y fue una bendición por lo menos hasta que llegaron al establecimiento, donde comenzó a exigirle que le comprara cada objeto que veía. Está de más decir que no lo hizo, la mandó al demonio diciéndole que se perdiera por ahí en busca de alguien lo suficientemente estúpido para complacerla, porque los únicos caprichos que cumplía, además de los suyos, eran los de Namjoon. Akina terminó por alejarse de brazos cruzados, pero sin abandonarlos del todo, no sabía cómo volver a casa.

Tragó duro al ver a su omega fruncir el ceño y maldijo internamente a HoSeok, le cobraría el favor en un futuro. Respiró profundo antes de acercarse con un jugo de naranja en su diestra, suplicando a la Luna para que Namjoon no lo rechazara. Tomó con dulzura su mano, sintiendo como se relajaba al sentirlo, aunque fue solo por un instante antes de lanzarle una mala mirada, provocando que su alfa bajara las orejas desanimado.

-Aquí está tu jugo, Namie -dijo ofreciéndole el bebestible. El omega se lo arrebató sin decirle una sola palabra, pero sin soltar el agarre entre ambos. Seokjin lo agradeció en silencio-. Amor... Joonie... -Nada. Namjoon no le contestaba- Omega -terminó por pronunciar, algo exasperado. Esta vez recibió un gruñido. El alfa había descubierto que Namjoon solía prestarle más atención de lo normal cuando lo llamaba así, por supuesto, dependiendo de la situación podía ser bueno, y el menor terminaba soltando un ronroneo gustoso, o malo, y le gruñía como en ese instante. En cualquier caso, le daba a entender que lo estaba escuchando. Le dio un pequeño apretón antes de continuar-. Sabes que yo no quería esto. No es de mi gusto que interrumpan mi tiempo contigo, menos en el cortejo, pero Hoseok estaba desesperado, amor... Necesitaba mi ayuda y, honestamente, esto también beneficia a Yoongi, que no ha pasado mucho tiempo con él -Namjoon comenzó a bajar lentamente sus defensas al escucharlo. Tenía razón, quitarles a Akina de encima ayudaba a sus amigos-. NamJoonie... Mírame, por favor.

El moreno finalmente cedió, fijando sus ojos en los orbes arrepentidos del mayor. Seokjin se inclinó juntando sus labios con cariño, iniciando un beso dulce y tierno. El lobo omega ronroneó complacido al sentir como lo agarraba de la cintura soltando sus manos, mientras la que tenía libre se posaba en su nuca, otorgándole caricias. Todavía no abandonaba la idea de tirar a la mujer al estanque de cocodrilos, pero había decidido perdonar al alfa por ahora.