Destino o Casualidad - jhs & myg

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YoonGi soltó un suspiro triste cuando vio el mensaje de HoSeok, nuevamente había cancelado su cita por Akina, esta vez, porque quería ir al cine a ver una película en estreno.

Desde su llegada a Seúl y al INS, las salidas no pararon ni un solo día. Fueron al teatro, a la piscina pública, al museo, al bosque, hasta al acuario, donde ambos habían acordado ir como muestra de cortejo. E incluso en el mismo instituto la chica no parecía querer separarse de él, apareciendo a cada tiempo libre en su salón, para luego tomar su brazo y comenzar a parlotear sobre lo bien que lo pasaban juntos. YoonGi había estado a punto de perder los estribos un par de veces de no ser por Namjoon, que también se mostraba algo disgustado por cómo la mujer acaparaba toda la atención del alfa.

Era en la hora de almuerzo cuando la pareja parecía tener un pequeño respiro, aunque tampoco podían entablar una conversación muy íntima con ella en la mesa preguntándoles acerca de su relación.

Apagó la pantalla al ver el emoticón triste que le envió el alfa como disculpa y tiró el celular por ahí, dejándose caer de espaldas sobre su cama.

Estaba agotado. Y su lobo no ayudaba recordándole que era su culpa por haberle dado a ambos luz verde con la primera salida. YoonGi lo ignoró. Creía en lo correcto de su decisión y confiaba en que tarde o temprano, la emoción de la chica por conocer Seúl se apaciguaría y podría volver a tener citas con el alfa.

Dos toques sonaron en la puerta de la habitación y JungKook se asomó lentamente.

—¿Estás despierto, hyung?

—Lo estoy. ¿Necesitas algo?

El menor asintió, entrando al cuarto y sentándose a los pies de la cama.

—TaeHyungie hyung vendrá hoy a pedir permiso para poder iniciar el cortejo y estoy algo nervioso. Me preocupa que mamá le diga que no.

YoonGi lo escuchó en silencio y se sentó a su lado.

—¿Y JiMin?

—También vendrá. Dice que uno de los tres debe mantenerse sereno y evitar que los demás caigamos en la locura.

—Concuerdo con él —bromeó con una pequeña sonrisa traviesa. Jungkook rodó los ojos—. No te preocupes, Kookie. Lo peor que puede pasar es que mamá termine amenazándolo con una cuchara, papá ya escondió todas las otras potenciales armas. Además, tiene bastante claro que ustedes tres están destinados, así que fuera de protestar y maldecir a Tae, no hará nada más.

—¿Se supone que eso debe tranquilizarme?

YoonGi rió.

—Tratándose de ella, sí.

El menor bufó. Se dejó caer contra el colchón y soltó un largo y agotador suspiro.

—¿Y qué hay de ti? ¿Saldrán hoy con Hobi hyung? —YoonGi negó con una mueca. JungKook frunció el ceño— ¿Estás bromeando? ¿Otra vez se metió esa tipa en sus planes?