Destino o Casualidad - jhs & myg

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YoonGi estalló en risas sobre la cama, desordenando por completo las sábanas luego de imaginarse la escena relatada por el menor.

Después de despedirse de JiMin, subieron nuevamente al auto y HoSeok se encargó de llevarlos a casa, dejando para el final a los hermanos por petición de su pareja, que se negaba a hacerle saber a TaeHyung donde vivían.

JungKook básicamente lo había arrastrado hacia la habitación para contarle todo, saludando a gritos a sus padres.

Le dijo lo sucedido con lujo de detalle, centrándose en los besos que dejó en ambos chicos, pero a YoonGi parecía no importarle nada de eso, comenzó a reír sin parar cuando escuchó como lo había obligado a disculparse con una llave digna de un Min.

-M-Mi estómago... me duele -se quejó disminuyendo las carcajadas.

-Eres malo, hyung. Yo te cuento lo que ocasiononaron en mí esos besos y tú disfrutas del dolor ajeno.

-Ese idiota se lo merecía. Hiciste bien, Kookie, por primera vez mostraste valor ante un alfa, y no cualquiera, el tuyo. Sacar a la luz ese carácter te hará crecer, estoy seguro.

El omega soltó una risita, negando con la cabeza. Se tiró a la cama, al lado de su hermano, ambos mirando hacia el techo sumidos en sus pensamientos.

-¿Cómo te fue con hyung? -le preguntó luego de unos minutos.

-¿Con Hobi? -JungKook hizo un ruidito afirmativo- ¿Por qué lo preguntas?

-Noté su disgusto cuando confesaste haberte metido entre nosotros, supuse que te llevó al auto para hablar de eso -YoonGi se estremeció al recordarlo-. ¿Sucedió algo malo?

-No, sólo me regañó un poco.

-Su relación debe haber avanzado bastante si se atrevió a hacerlo -opinó sincero, ganándose un asentimiento del mayor, sin embargo, una duda rondaba en su cabeza desde hace ya varios días-. Pero aún no sé porqué.

-JungKook... -murmuró a tono de reproche.

-¿No confías en mí, hyung?

El corazón de YoonGi se oprimió al oír su voz triste y decepcionada, se giró quedando de lado, el menor lo imitó para estar cara a cara.

-No digas tonterías. Claro que confío en ti.

-Entonces...

-Es solo que eres muy pequeño para ciertas cosas.

-Eso nunca fue un impedimento para que rompieras mis ilusiones.

-El hada de los dientes es un tema insignificante con la realidad.

-Lo sé, pero es un buen ejemplo. Siempre fuiste sincero conmigo, jamás me ocultaste algo que me pudiera dañar, ¿por qué no...?

-Porque es distinto. Tú mismo lo dijiste, 'algo que te pudiera dañar', a ti, no a mí.