Destino o Casualidad - jhs & myg

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YoonGi fue el primero en despertar, notando la luz de la habitación y los cálidos brazos de su pareja abrazarlo por la espalda.

Sus memorias de la noche anterior eran difusas por el cansancio, recuerda que apenas llegaron, lanzó su bolso al sofá y fue hasta la cama, tirándose sobre ella, quedándose dormido de inmediato. No se cambió de ropa y mucho menos se acomodó contra el alfa, así que supuso él que se encargó de eso.

Sonrió para sí, acurrucándose contra el pecho del menor, sintiendo una sorpresa entremedio. Su rostro se puso rojo como un tomate al darse cuenta de lo que era.

HoSeok tenía una erección.

Trató de alejarse, pero aquellos brazos no se lo permitieron, manteniéndolo en su lugar. Sintió como se apegaba más a él, murmurando entre sueños con la nariz enterrada en sus cabellos.

Su lobo, por otra parte, movió la cola. ¿Acaso su alfa había soñado con algo interesante?

YoonGi quiso golpearlo al llenarle la cabeza de ideas subidas de tono. ¡No era el momento para eso!

Soltó un suspiro y trató nuevamente de moverse, pero HoSeok se quejó, acercándolo aún más.

Maldijo por lo bajo. No le quedaba otra opción, debía despertarlo.

Llevó una mano hacia los antebrazos del alfa, dando pequeños tirones.

—Hobi, despierta —murmuró volteando el rostro, tratando de que lo escuchara—. Alfa, vamos, abre los ojos.

—Hyung... —la voz de HoSeok salió adormilada y grave, provocándole un escalofrío placentero.

—Despierta, Hobi. Q-Quizás quieras ir al baño —otra queja más, pero continuó en su lugar. YoonGi bufó, tendría que decírselo—. Hobi, e-estás erecto y tienes tu... coso contra mi trasero.

Pasaron unos segundos en los que vino un silencio absoluto, el omega pensó que se había quedado dormido de nuevo cuando de repente lo soltó, sentándose abruptamente en la cama, con las manos en la entrepierna.

Se quedó mirando la pared, como si su mente continuara procesando las palabras de YoonGi. El mayor también se sentó, observándolo.

Era el despertar más extraño de toda su vida.

—¿Hobi?

El alfa lo miró con las mejillas encendidas.

—A-Almohada.

—¿Qué?

—¿M-Me pasas una almohada, por favor?

—Hum... Seguro.

Tomó la más cercana y se la dio. Hoseok le agradeció en un susurro y levantándose con cuidado, corriendo hasta el baño con la almohada tapándolo, para después encender la ducha.