Destino o Casualidad - jhs & myg

65

HoSeok quiso llorar de alegría cuando el chico lo reconoció. Estuvo a punto de abrazarlo y besarlo, pero se detuvo al ver sus ojos heridos.

—¿Podrías quitarte de encima? —le pidió con suavidad a pesar de todo. El menor obedeció de inmediato, sentándose sobre la cama, observando al omega que seguía en la misma posición. YoonGi lo miró en silencio, esperando algo de él—. Alfa...

—P-Perdón. Lo olvidé. Puedes moverte.

El mayor sintió su cuerpo libre, soltó un suspiro y lo imitó, adoptando una postura de indio con la mirada fija en la pared frente a él. El alfa se quedó en silencio, sintiéndose sumamente nervioso ante la calma que reflejaba su destinado, en su cabeza, el chico le gritaría, lloraría, lo golpearía, pero jamás se sentaría a su lado completamente sereno.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó sin mirarlo, HoSeok se extrañó, creyendo que aún era parte de esa fantasía suya.

—¿Todavía no reaccionas? Hy...

—Soy yo, alfa —lo cortó a tiempo, rodando los ojos—. De todas formas quiero saber qué haces acá.

—Te lo dije. Vine a salvarte, a llevarte de vuelta.

—De vuelta, eh...

—Hyung, yo...

—Cuando llegué a este lugar sentí que algo no andaba bien —lo interrumpió comenzando a narrar su travesía. El menor se quedó en silencio, lo mínimo que podía hacer era escucharlo—. Fue el día después de aquello, luego de que el doctor me indujera en un coma, la droga nos mantenía inconscientes, pero no afectaba a nuestras almas.

»Recuerdo que desperté en el cuarto de mis padres, sin nadie a mi alrededor, no entendía nada y caminé fuera de la habitación, pero por algún motivo llegué a nuestra aula en el INS y después a la cafetería. Me sentí mal y corrí lejos, hasta que logré salir.

»Entonces miré al cielo y vi la aurora, era hermosa y creaba un ambiente tan... pacífico. Mi primer pensamiento fue volver a ver ese paisaje a tu lado —Al alfa se le apretó el corazón con su declaración— y como una bofetada, los recuerdos me golpearon. Cada segundo, minuto, hora desde que nos conocimos consumió mi mente y me derrumbó.

»El pecho me ardió y sentía que no podía respirar, incluso pensé que iba a morir cuando escuché a mi lobo a solo unos metros, llorando mientras se acercaba, totalmente desamparado. De alguna forma nos dimos consuelo y caminamos sin rumbo fijo por un tiempo, hasta que llegamos a casa.

»Creíamos que estarían aquí y entramos para buscarlos, a ti y a tu lobo, no nos importaba lo que había sucedido, queríamos verlos y que nos abrazaran, que nos sostuvieran porque estábamos por caer y no podríamos levantarnos. Grité tu nombre y él aulló por su alfa, pero ninguno de los dos vino —HoSeok quería echarse a llorar, ponerse de rodillas y suplicarle por su perdón, pero se quedó quieto. YoonGi aún no terminaba- Mi omega se apartó de mí y caminó lejos, no sé a dónde. No quise seguirlo, necesitaba estar solo y yo también. Subí hasta acá, recordando nuestro último encuentro y encontré la almohada, me recosté unos minutos imaginando que tenía tu aroma y poco después, me quedé dormido. Cuando desperté el tiempo había cambiado, la tormenta azotaba con fuerza afuera y quise ir con mi lobo, pasar nuestro martirio juntos, esperando el final, pero mi cuerpo no respondió. Me estaba congelando. Sentía miedo, angustia, preocupación, soledad... Así que cerré los ojos e hice lo necesario para mantenernos a salvo del dolor, no sabía exactamente qué sucedería con él, pero al menos lo mantendría en la casa, lejos de la tormenta que representa nuestras emociones. Corté nuestra conexión y creé el escenario perfecto, después de eso caí en un sueño profundo. Hasta ahora...