Capítulo 5 (E)

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Antes de llegar a las escaleras, Cam está en un elegante traje mirando por uno de los ventanales.

—Un poco grande pero se ve de los dioses  —Camille susurró.

Miré a ambos intercaladamente. Cam se percató de nuestra presencia y sonríe. Miró a Camille con una sonrisa boba y luego me miró a mí.

—No pensé vivir lo suficiente para verte con vestido —ríe para luego aplaudir.

—Nunca asistías a las fiestas —me encogí de hombros.

—¿Puedo pedirte un favor? —Camille miró a Cam, él asintió—, ¿Serías mi acompañante durante está noche?.

Creo que ni mil apuñalas en el cuerpo quitarían la sonrisa que Cam tiene en este momento.

—Señorita Camille, me daría el gran privilegio de ser su acompañante en esta cálida noche  —extendió su mano mientras la otra la dejó detrás de su espalda.

Camille se llevó una mano a su boca tapando su sonrisa.

—Claro que aceptaría, humilde caballero —aceptó su mano y comenzaron a caminar a las escaleras.

Camille me miró y me hizo un movimiento de cabeza para que los siguiera. Bajamos las escaleras. Camille va tomada del brazo de Cam mientras bajan lentamente.

—Vamos a tomar algo —propuso Camille mientras caminamos a la sala.

—¿Bailamos? —Cam le preguntó aun de pie.

—Claro —Camille se levantó —, volvemos en un momento, Alexia —asentí—, si te sientes incómoda me puedes llamar o ir a mi habitación.

Observé como ambos empiezan a bailar. El flechazo de cupido pega duro. Negué con la cabeza riendo mientras tomé un sorbo de mi copa.

—Señorita —habló un joven frente a mí—, ¿nueva por estas tierras?.

—Así parece y un poco abandonada — sonreí mientras observé a la pareja que se regalan sonrisas sin despegar la vista del otro.

—¿La señorita le quitó a su compañero? —habló mirando a la misma dirección.

—No, la que sobraba era yo —reí un poco más alto.

—¿Me concedería un baile? —extendió su mano.

—No bailo.

—Estoy seguro, hasta podría apostar que se movería demasiado bien —sus palabras las hizo sonar en un segundo sentido.

—Perdería de ser así —me levanté y caminé hasta las escaleras con un meneo de caderas.

—Chica ruda —escuché como susurró.

Empecé a subir las escaleras. Una vez las terminé vuelvo mi marcha más lenta mirando por las ventanas. Este lugar es raro, en medio de la nada, mejor dicho, en medio del bosque. Un pueblo repleto de gente, pero las personas se comportan un poco raro.

Llegué al cuarto de Camille y entré cuidadosamente. Busqué mi ropa y tomé mi polerón para ponérmelo. Caminé hasta la alcoba que tiene Camille, esta da a otro lado del pueblo. ¿Qué tan grande es este lugar?, una corriente leve de aire corre y me provocó un escalofrió, me abracé a mí misma y suspiré.

—Y el lobo levantó su cabeza a la madre luna en un doloroso aullido por su soledad abrumadora —susurré mirando la luna llena.

—Intrusa —una voz ronca interrumpió la tranquilidad de la habitación.

<< Esa voz. ¿De dónde la conozco?, mierda, el lobo. >>

Me volteé mirando por última vez la luna.

Luna Negra [El Comienzo...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora