Capítulo 47 (E)

1.2K 146 27
                                    


Al llegar la noche decidí salir a caminar a los alrededores de la cabaña. La luna estaba brindando una mejor visión al bosque, era algo tenebroso, el viento moviendo hojas y ramas chocando entre ellas.

Miré el cielo adornado por pequeños focos una que otra nube acompañándolas, suspiré sonriendo.

—Hermanita —murmuré mirando la luna—, ¿estás cuidando de mamá y papá, cierto? —sonreí—, espero que Luca y Dylan no sigan tratando de matarse cada dos segundos —sentí un pequeño nudo en mi garganta—, y que estes feliz junto a Zac —me relamí los labios tragando saliva—, la vida acá abajo es medio extraña. Me enteré que no somos hermanas de sangre, que existen seres que son una amenaza para el mundo humano.

Volví a mirar al frente y seguí caminando jugando con cada pisada.

—Los extraño a todos —susurré—, me hacen falta sus abrazos —tragué saliva—, ahora entiendo. Se extraña lo que tuviste cuando lo pierdes, es la única forma de valorarlo.

Reí negando con la cabeza, salté por sobre una rama y giré sobre un pie, volví a caminar equilibrando mi cuerpo en una pierna y luego en la otra mientras jugueteaba con mis brazos.

—Aun que debo admitir que las personas que conocí son muy amigables, incluso me hacen sentir que tengo un hogar —sonreí recordando a mi lobito—, conocí a un chico, es un completo idiota y es un perro con sarna —volví a mirar la luna—, pero me gusta ese perro con sarna y ese completo idiota.

Miré a mi alrededor, me detuve y me senté a cuclillas, rodeé mis rodillas con mis brazos.

—Puedo asegurar que te hubiera agradado, pero vivirías golpeándolo. De seguro mamá le haría un té y se sentaría a hablar con él. Papá por otro lado seguro tendría su cuchillo favorito sobre la mesa siempre, pero le cocinaría sus ricos postres ¿Qué dices? ¿será lo correcto arriesgarme?, de cualquier forma, si pierdo la vida en el intento solo se adelantaría mi muerte o quizás estaba escrita para esa fecha.

Sonreí con un nudo en el pecho, aquella angustia y miedo era acompañado de tranquilidad y paz. De apoco se superan las perdidas a medida tu mentalidad cambia logras aceptar las cosas.

El gruñido proveniente a mi derecha llamó mi atención, miré rápidamente tratando de visualizar algo entre los arboles o arbustos. El bosque se quedó en un silencio abrumador, mis sentidos se agudizaron, a mi derecha sentía algo preparándose para atacar.

Volví a mirar, sombras negras se movieron de forma rápida hasta rodearme, lobos color cobrizo y ojos del mismo color me miraban gruñendo preparándose para dar caza, frente a mí un chico pálido salió sonriendo, sus manos en los bolsillos de su terno, ojos rojos y colmillos sobresalientes, cabello negro y con leves venas negras en sus ojos.

—¿Qué tenemos aquí? —me miró lamiendo su labio.

—Un montón de árboles, arbustos, ramas y hojas —miré a mi alrededor analizando las cosas que dije—, ¿te nombro el resto de cosas que hay?

—Los rumores de tu carácter quedan cortos —se acercó unos pasos más.

—¿Qué quieres? —me levanté—, además de sangre, obvio.

—Sabrosa —se relamió los labios—, me alegro que no seas una mocosa que comienza a pedir ayuda —su cabeza se ladeó a un lado—, aun que esas son divertidas.

—¿Seguirás hablando o veremos quien prueba la sangre del otro primero? —sonreí de lado.

—Eres interesante —me miró de pies a cabeza—, considerare la idea de dejarte con vida.

—Lastima, no consideramos la misma idea —mi sonrisa se agrando—, considerare la idea de colgar tu cabeza en una estaca a los límites de tu territorio.

Luna Negra [El Comienzo...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora