Capítulo 31 (E)

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—¿Por qué yo?.

—Eres la única que puede asistir, por favor —Camille formó un puchero juntando sus manos.

—No tengo idea de las leyes de su mundo, ¿me pides asistir a una reunión de Alfas? —la ironía fue notoria en mi pregunta.

—Solo por esta vez. Dura menos de tres horas.

—Camille, no es necesario ir acompañado —el moreno no levantó la mirada de los papeles sobre su escritorio.

—Todos los Alfas asisten con sus Lunas y tú asistías con tu hermana.

—Asisto sólo esta vez —levantó su mirada—, no hay problema en eso.

—Ya escuchaste, no quiere tener mi compañía —encogí mis hombros mirando a Camille.

—Tú no quieres ir.

—Nunca dije eso.

—Si hay excusas no quieres.

—Dijiste que podías ir sólo, eso fue una indirecta.

—Lo dije porque no quieres ir y si es así no queda de otra —se levantó de su escritorio.

—Puedes invitar a otra —miré a otro lado.

—¿A Keila?.

Fruncí mi ceño y desvié la mirada.

—Como gustes —empujé el interior de mi mejilla con mi lengua—, que les vaya bien en su reunión —me levanté y comencé a caminar hasta la puerta.

—Hermano.

Escuché un gruñido y pasos acercarse a mí.

—¿Me acompañas por esta vez? — murmuró a lo bajo.

—Estaré ocupada.

—¿Quieres dejar de ser tan rencorosa y decir que sí?.

—¿Quién te dijo que quiero ir? —giré mi cuerpo quedando frente a su pecho.

—Si cambias de opinión tendrás ropa en la habitación de Sean —giró sobre sus talones— a la media noche te espero a la entrada si deseas bajar.

—Son un desastre.

Miré seria a Camille quien levantó los brazos en forma de paz.

—Mejor subamos a prepárate, queda menos de una hora y media —Camille dio leves empujones a mi cuerpo.

—No dije que iría —hablé a medida subíamos las escaleras.

—Ya guarda silencio y déjame hacer maravillas contigo.

—¡Amor! —Cam abrazó por la espalda a Camille alzándola—- Te extrañe, enana —palmeó mi cabeza.

—Quita.

—¿Te folló mal el Alfa?.

—¡Cállate, Cam!.

Comencé a correr detrás de él, entró a la habitación de Sean y se tiró a la cama.

—Opino que el azul —miró unos vestidos que estaban colgados.

—Seria más bonito el calipso.

—El azul, resalta con su color de piel y el modelo del vestido va con su figura, el corte en la pierna le da un toqué — levantó el pulgar en forma de aprobación.

—¿Qué opinas, pitufa?.

—El negro.

Me miraron y rodaron los ojos.

Luna Negra [El Comienzo...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora