Capítulo 60 (E)

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Su mirada preocupada me observó mientras tomamos nuestro café, rodé los ojos y lo miré aburrida.

—Han pasado semanas desde eso —tomé su mano—, relájate.

—No me has dicho que pasó —murmuró—, desperté y cuando te vi tenías moretones de manos en tus piernas y chupetones en tu cuello — regañó en un murmuro.

—Llegó a tu casa —suspiré—, se fue antes que pasara a mayores —me removí en mi asiento.

—¿Abuso de ti? —frunció el ceño—, si ese hijo de puta te hizo algo me importará una mierda que sea el Alfa — se recargó con sus codos en la mesa—, le parto la cara y le hago puré la polla.

—No lo hizo.

Me miró serio y después de unos segundos se relajó en su asiento, tomó su taza y bebió de ella.

—Volveré al departamento —murmuré.

—Te voy a dejar —se levantó.

Copié su acción y negué, me despedí y salí de la cafetería. Mi cuerpo había vuelto a doler, estaba débil a causa del dolor que he tenido por la marca. Mordí mi labio inferior tratando de caminar normal, esperaba a que el dolor pasara como era de cada vez, mis manos se hicieron puño.

Estaba cayendo la noche, quería llegar al departamento y dormir hasta que el dolor desaparezca, estaba cerca del hotel por lo que no me tardaría tanto en llegar.

El dolor seso después de unos minutos, suspiré escondiendo mis manos en los bolsillos de la chaqueta y comencé a caminar sin prisa.

—Black —murmuré deteniendo mis pasos.

Tenía que llegar al departamento a darle de comer, mis pasos se aceleraron y mi celular vibró, miré la pantalla, ignoré su llamada y seguí caminando, volvió a llamarme.

<< Lo llamaré después >>

Apagué el celular y corrí al departamento, saludé a la señora de recepción y subí a mi piso, caminé por el pasillo hasta llegar a la puerta, la abrí y entré, Black maulló y se acercó, paso por mi pierna y volvió al sillón, maulló y gruñó al pasillo de la habitación.

Mi cuerpo se tensó, Black se levantó de su lugar, el pelaje de su lomo se erizó y miró fijo al pasillo, caminé cautelosa mirando de reojo, la silueta de un hombre estaba quieta en el pasillo, tragué saliva y recompuse mi compostura.

—No tienes permitido la entrada a mi departamento —hablé fría.

—¿Así me recibes, gatita? —soltó una carcajada macabra.

—Vete antes que llamé a seguridad —mantuve mi compostura con cada palabra.

—¿Debería? —dio un paso al frente—, no quiero —sonrió.

—¿A qué has venido?

—Venia a ver a mi hermosa sobrina — abrió sus brazos.

—No soy tu sobrina y ya te puedes ir — murmuré.

—Tu amado padre es mi hermano — caminó a mi dirección—, eres mi amada sobrina.

—Un tío no trataría de toquetear a su sobrina —murmuré seria—, vete.

—Primero diversión —avanzó los pocos pasos que le quedaban.

Me moví delante del sillón, Johan quedó detrás del sillón, me sonrió de forma macabra y se abalanzó a mí, corrí a un lado, Black se lanzó sobre Johan y rasguñó su cara, cayó al piso y corrió a mí maullando, Johan se quejó y gritó.

Luna Negra [El Comienzo...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora