Capítulo 53 (E)

1.2K 130 33
                                    


Su respiración calmada y leves ronquidos golpeaban mi pecho, su cabello caía desordenado y algunos mechones decoraban su rostro, lo miré sin dejar de acariciar su cabello. Su cabeza se movió acomodándose contra mi pecho acompañado de un leve gruñido satisfactorio.

Suspiró y sus ojos se abrieron lentamente, pestañeo algunas veces con dificultad y elevó la mirada, me sonrió y escondió su rostro en mi pecho, reí depositado un beso en su cabello.

—Extrañaba descansar así —murmuró con voz ronca.

—Extrañaba no poder respirar contigo encima —bromeé en voz baja.

—Igual no me quitas —me miró con los ojos pesados aún.

—No podría aunque quisiera, lobito — acaricié su mejilla.

Levantó su cabeza estirando sus labios, lo miré por unos segundos y negué empujando su cabeza contra mi pecho, reí suave al escuchar su gruñido molesto.

—Quiero un beso —habló como niño pequeño.

—No hay besos.

—¿Por qué? —murmuró decaído—, yo quiero un beso de mi cachorra —me miró.

—No hay —volví hablar.

—¿Por...Mierda.

Sus palabras fueron interrumpidas por un quejido al momento de hacer fuerza con sus brazos.

—No tienes que hacer fuerza —regañé—, con suerte pudiste ganarte en esta posición. Entiendo que seas el Alfa, pero también te lastimas.

—Lo sé, cachorra —besó mi frente.

—Alfa —Sean golpeó la puerta.

—¿Qué quieres? —gruñó con fastidio recostándose en mi pecho.

—¿Puedo entrar? —habló cauteloso.

—No —gruñó.

—Entra —hablé con diversión.

—Siempre tiene que molestar cuando estoy contigo —murmuró molesto—, ni siquiera en momentos de pasión nos deja tranquilos —escondió su rostro en mi pecho.

—Lo siento, Alfa. Me puedo retirar —el rostro de Sean se tiñó rojo.

—No te preocupes, está medio sensible —murmuré con diversión.

Dexter tomó mi mano y la dejó sobre su cabello murmurando insultos hacía su hermano.

—Les venía a informar que volveré a la manada —habló.

—¿Estás en condiciones para volver? —lo miré preocupada—, ha pasado un poco más de una semana desde que despertaste.

—Mis heridas eran leves, Luna —lo fulminé con la mirada—, está el Alfa y se puede molestar si la llamó por su nombre —murmuró.

—Me molesta tu presencia en estos momentos —mi lobito murmuró con fastidio sin mover su cabeza.

—Ya estoy en condiciones para volver — me sonrió—, además, quiero ver a Zali y ponerme al día con los asuntos de la manada —asentí.

—Llama a Rain si te sientes mal —asintió—, y si necesitas solo toma un descanso. Sin presión al volver a la manada, eso te puede empeorar.

—Gracias, Luna.

—Ya puedes largarte —mi lobito habló gruñendo.

—Claro, Alfa —habló con diversión.

Sean salió regalándome una sonrisa y escuché sus pasos alejarse. No me preocupaba con que diera la ubicación de la casa, mi hermano se encargó de amenazarlo si daba alguna pista de la casa.

Luna Negra [El Comienzo...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora