Capítulo 14 (E)

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—¡Mi Alfa!.

—¿Qué sucedió esta vez? —su voz suena autoritaria mirando a su manada.

—Esos mocosos golpearon mi cuerpo sin vergüenza alguna y esta humana los esta defendiendo. ¡Oh mi Alfa!, castígalos para que aprendan —sollosó entre los brazos del moreno.

—Lleven a los niños al campo de entrenamiento, ya saben cuales son las consecuencias.

—Sigues dándome más razones para considerarte el rey de los idiotas — murmuré lo suficiente alto para que me escuchará.

—Te estoy dando una oportunidad para que el castigo no te maté, no la desperdicies.

—Blablablá, ¿qué de nuevo tienen tus palabras? —el fastidio se hizo presente en mi voz.

—No provoques que pierda la poca paciencia que me queda, Alexia —su mirada se volvió dura.

—¿Enserio castigarás a unos niños por una simple chica? —su mirada me asesina—, los niños viven para divertirse y uno de sus pasatiempos favoritos es jugar, y solo porque esta chica pasaba cerca del lugar recibiendo un golpe demasiado débil en su cuerpo, ¿ellos ya tienen la culpa de vivir?.

—No te metas en problemas ajenos.

—No es culpa del resto de los niños que tú no sabes divertirte.

—¿Quieres recibir el castigo?.

—¡Mi Alfa!, castígala. Se volvió en contra de tu pareja y casi la golpea.

—Ya estaba pasando demasiado tiempo sin que llegará una de tus chicas de noche a fastidiar la existencia —rodé los ojos y miré a otro lado.

Se alejó de la chica y caminó a mi dirección.

—¿Qué gano yo si dejo libre del castigo a esos niños? —se encorvó para quedar un poco a mi altura.

—Una buena follada junto a una mamada —susurré sonriendo—, no seas idiota, tu manada te empezará a respetar más y dejarán el miedo a cometer un error y que esa chica sea capaz de matarlos —hablé seria.

Su rostro volvió a estar neutro— el respeto no regala nada?

—Te equivocas, lobito —me acerque más a él con su mirada en mis labios— el respeto regala lealtad mientras que el miedo solo te regala una apuñala por la espalda a penas llegue alguien que los pueda proteger de verdad.

—No sabes nada de lo que siente mi manada.

—Sus miradas hablan mucho, te temen, tienen miedo cuando llegas con tu voz autoritaria y tu caminata de "soy el rey Alfa y ustedes mis perros".

Gruñó cuando terminé de hablar y frunció el ceño.

—Dejemos de lado el respeto y miedo, y mejor dame la primera oferta —volvió a acercar sus labios.

—Tienes unas piernas abiertas a penas te des la vuelta, deja de fastidiarme y lidia como un Alfa con tu manada.

Su mirada me retó a que quité la mía primero, sus ojos azulados son como ver una tormenta en pleno mar alumbrando completamente con cada rayo.

<< Su mirada es espléndida >>

—Dejen a los niños con su madre. Alexia, te quiero ver en mi despacho y sin quejas —retrocedió unos pasos retomando su compostura.

—¡Amor!, ¿por qué a ella y no a mí? — chilló alto.

—No perderá la audición con mi voz, cariñito —sonreí inocente con una pizca de burla mientras caminé a la mansión detrás del moreno.

Luna Negra [El Comienzo...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora