Capítulo 13 (E)

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—¡Alexia!.

—Ya llegué, dejen de gritar.

Abrí la puerta y rodé los ojos, los chicos estaban parados frente a mí.

—Apresúrate, eres la única que no le teme al Alfa y nosotros no queremos quedar sin cabeza por entrar en su pasillo.

Me toman del brazo y comienza a llevarme a las escaleras.

—No entiendo porque tanto miedo a una simple persona —me quedé en silencio ante sus miradas —, a un simple lobo con título de Alfa —sonreí después de corregir lo dicho antes.

—No haz visto como es mi hermano de verdad —bajó el rubio con Camille por las escaleras.

—Mi hermano es mano dura con todo lo que es manada y exterior incluso con su familia, pero en su manera es tierno y un simple niño.

Camille me sonrió cambiando tranquila al lado de su hermano.

—Claro, un niño inocente y angelito — levanté mi mano ya un poco mejorada.

—Eso no es nada para lo que en verdad es el Alfa —Sean se ríe—, le tienen miedo y respeto por algo.

—Le dejaron crecen mucho su ego — caminé escaleras arriba.

—Esto será muy divertido –—susurró el rubio.

—Cualquier cosa me amenazaste con tus caninos y me obligaste a subir ocupando mi "olor" como distracción.

Me giré rápido a él y al terminar de hablar me volví a girar para caminar, sonreí un poco divertida sin mirarlo.

—¡Mentirosa! —gritó un poco asustado.

—Gatito —hablé en voz baja caminando por el pasillo.

Es demasiado solitario este pasillo, no tiene ni cuadros ni alguna mesa, solo las ventanas y una alfombra que cubre el pasillo. Hasta se podría decir que aquí no duerme nadie.

—Gatito —susurró mirando por todos lados—, ¿dónde estás? —escuché un maullido y veo a Black delante de mí—, aquí estabas —sonreí.

Volvió a maullar sin quitar la vista de mí.

<< Esperen, no me esta mirando a mí, mira detrás de mí ¡Mierda! >>

—Sorpresa —un susurro travieso me hace cosquillas en mi lóbulo.

Tragué saliva sin poder moverme ni lograr formular algo coherente.

—Suficientes agallas para subir pero no para hablar —sus manos recorren lentamente mi cintura hasta juntarse por sobre mi abdomen—, ¿o solo disfrutas de mi tacto? —mordió mi lóbulo suavemente.

—Quita —giré mi rostro en dirección contraria quitando sus manos.

—No, esta vez no muñeca —sostuvo mi cintura con su mano derecha y con la otra mi antebrazo izquierdo—, ¿qué hacías en mi pasillo?.

—Respondo a todas tus estúpidas preguntas pero me fastidia tu presencia en mi espacio personal.

—Me fastidia tu presencia en esta casa y de igual forma hasta mi madre te invita a quedarte —su voz suena más grave.

—Me llamaron y pidieron venir en busca del gato.

—¿Qué gato? —murmuró con fastidio.

—¿Eres ciego? —apretó mi cintura provocando que me callará un momento—, frente a nosotros hay un gato negro.

Giró su mirada al frente y frunció el ceño.

Mi rostro al estar girado a un lado quedo con su rostro frente a mí por su postura encorvada.

Luna Negra [El Comienzo...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora