Luna Negra [El Comienzo...]

Capítulo 1 (E)

Los sucesos de la vida nos marcan para bien o para mal, todo dependerá de cómo asumamos cada situación.

La mía fue dolorosa, pero algo que he sabido llevar sobre mi espalda a pesar de los años y de cada noche que me atormenta. Algunos dicen que fue culpa mía, me tacharon de ser el amuleto de mala suerte mientras que otros me dan ánimos para no hundirme en este navío, pero ya estoy hundida, en lo profundo de este mar.

Por un tiempo pensé que podría rehacer mi vida, sin preocupaciones de un pasado que me asechaba a mi espalda. Me di la pobre idea que todo se solucionaría si huía del lugar que me quitó lo que más amaba, pero mi final fue lejos de aquí. Aprendí que, a pesar de la distancia, aun si nos escondemos bajo la piedra más diminuta la vida nos enseñará que de ella y sus obstáculos jamás escaparemos. La muerte me siguió, me visitó un montón de veces, pero siempre daba marcha atrás con una sonrisa mientras mi corazón se opaca cada vez más.

Una historia que pensé había comenzado, pero recién se asoma. En un principio confuso y un final incógnito.

—Eh morena, Lesli está buscando señal en esa cabecita loca —Zali golpeó mi frente con la yema de su dedo.

—Quita —golpeé su mano.

—¿Nos dirás que estabas pensando? —Adalyn me miró.

—Esté tiempo lejos de ustedes había sido lo mejor —no las miré—, aún siguen vivas gracias a eso.

—Seguimos vivas porque así la vida lo quiere —Zali aseguró.

—¿Desde cuándo la vida decide quién la acompaña y quién no? —miré a Zali.

—No hablemos de esas cosas ahora. Alexia, hace mucho tiempo no sabíamos nada de ti —Lesli intervino.

—Fue lo mejor —murmuré.

—¿Cómo diste con este lugar? —Lesli desvío el tema.

—Salí a caminar, escuché risas y al acercarme eran ustedes —respondí relajada.

—Increíble coincidencia —Zali sonrió amplio contagiando a las demás.

—Este lugar es raro —miré a mi alrededor.

—Pero es bonito —la admiración por el lugar fue clara en el tono de voz de Lesli.

—¿Y ustedes? —las miré.

—Desde aquí el atardecer es muy hermoso —Lesli se movió inquieta en su lugar.

—¿Vinieron por una tarde de aire libre? —indagué.

–Claro, esté lugar merece la pena —Lesli se rasco la nuca sonriendo.

—Lo merece, pero no creo que sea necesario vestir de manera elegante — miré a Lesli de reojo.

—Me habían invitado a una fiesta y las chicas pasaron por mí de manera rápida por lo que no me dio tiempo a cambiarme —habló rápido.

—Tranquila —sonreí de lado—, han pasado más de dos años, no les pediré que tengan toda la confianza del mundo conmigo.

—No es eso solo no es algo sencillo de decir —Zali bajó la mirada.

—Así que en verdad me ocultan algo —achiné los ojos y mantuve mi sonrisa.

—No.

—Sí —hablan al unisonó.

—Sí.

—No —se miran entre ellas.

—Son pésimas para mentir en el momento —solté una carcajada ante sus expresiones.

Controlé mi risa y las miré, sus rostros estaban serios y algo angustiados.