NÉMESIS

Bnet

Coronarse como campeona regional, no era cualquier tontería. Y Aura lo sabía bien cuando su hermana colocó el trofeo en un estante de su habitación. Estaba de tan buen humor, que incluso permitió que fuera a cenar con Bnet. Probablemente no lo admitiría, pero tenía un brillo distinto en la piel desde que había descubierto las ventajas de ser mujer. Ella por su parte, aguardaba los besos que Bnet había prometido darle.

Llevaban un tiempo saliendo. Y aunque no habían hablado de compromiso, sabía que lo suyo iba en serio. Incluso estaba aprendiendo a jugar al baloncesto. La afición de Bnet por la NBA era extraordinaria, y ella quería saber a qué se debía. Fue una suerte que aquel deporte le gustara. Lejos de la agresividad que se respiraba en el ring de boxeo, el baloncesto era un deporte rápido de equipo. Y a ella se le daba genial. Al principio le había costado pillarle el truco a encestar. Pero cuando se trataba de velocidad y salto, no podían con ella.

- Tienes mucho talento – le dijo Bnet una tarde mientras jugaban un uno contra uno.

- Ya, seguro – comentó lanzando a la red y fallando de nuevo.

- Aún necesitas practicar, pero eres buena.

Aura se sentía halagada cada vez que la encomiaba por una canasta o por controlar la pelota mejor que él. Lo cierto es que solo algunos de los amigos de Bnet lograban igualarla en carrera. Pero si atrapaba el balón, daba igual lo rápido que fuera su rival, era sumamente escurridiza. Aunque sus tiros seguían dejando mucho que desear. Por lo que Bnet y ella empezaron a practicar una jugada tras otra en equipo. Para cuando llevaba tres meses entrenando, ya era una más en el grupo. Se había convertido en una pieza fundamental en el ataque. Y con la fuerza de sus brazos, no tuvo dificultades en aprender a hacer buenos pases. Los chicos con los que se enfrentaban le tenían algo de tirria. En una ocasión uno de ellos acabó por empujarla para que perdiera el equilibrio y así robarle la pelota. En un principio, Aura se calló, pensando que habría sido algo puntual, hasta que aquel idiota la tiró al suelo. Bnet ya estaba encarándose con él cuando le lanzó una rápida patada al abdomen y coronó su ataque con un buen puñetazo en la mandíbula. Todos se quedaron perplejos por su inesperada acción, pero nadie osó reprochárselo. Ni siquiera los chavales del equipo contrario.

Celebraron la victoria y la tunda que le había prodigado a aquel idiota con unas birras. Los amigos de Bnet la palmeaban en el hombro satisfechos con su actuación. Hasta Bnet bromeaba al respecto:

- Al final va a protegerme ella a mí.

- Sería un buen guardaespaldas para tus haters – comentó uno de sus amigos.

Bnet le dedicó una rápida mirada antes de añadir.

- Sería genial que me acompañaras por latino américa.

Aura se quedó momentáneamente perpleja tras aquella declaración. Pero no había posibilidades de que fuera a Sudamérica sin su hermana. Y con todo su dolor así se lo hizo saber a Bnet cuando este la acompañó al metro.

- Olvidaba que tienes quince años – admitió con las manos en los bolsillos -. Supongo que, si Némesis lograra clasificarse para la internacional, la acompañarías.

- Es probable. Pero todavía tiene que ganar la nacional.

- Lo hará. Es la favorita. Y eso influye muchísimo en el público.

- ¿Podría ganarte? – inquirió sonriente.

- Con el nivel que está mostrando este año es posible. Aunque no se lo pondría fácil.

- Ella te mataría si la dejaras ganar. En fin, me tengo que ir.

Bnet asintió y se inclinó para besarla. Fue una caricia suave y pausada pero como siempre, ella quería más. Lo rodeó con sus brazos para profundizar el beso disfrutando de la calidez de su cuerpo. Bnet respondió al instante agarrando su cabello y acercándola.

Cuando se separaron, el corazón de Aura latía acelerado, mientras que sus extremidades parecían haberse vuelto de gelatina. Bnet la miraba sonriente.

- Vete antes de que te secuestre.

Aura se lanzó de cabeza al metro escuchando la suave risa de Bnet a su espalda. A ese paso, la que acabaría por raptarlo sería ella.